Embajonamiento por sistema

Las tres últimas derrotas en cuatro partidos han coincidido con la renuncia a la identidad del 1-4-4-2

Embajonamiento por sistema

Embajonamiento por sistema

Rafa Marín

Rafa Marín

El Levante ha perdido el tren de los puestos europeos casi definitivamente con las derrotas consecutivas ante Betis y Huesca. Estas dos jornadas sin sumar hacen que el balance desde el final del sueño copero sea de tres puntos sobre 12. La victoria en el Derbi ha sido la única excepción en esta dinámica de resultados que ha deparado dos de los peores partidos de la temporada, el del pasado viernes y el del Real Arena.

Los mensajes que han salido de dentro en las últimas semanas a medio camino entre la realidad y el conformismo en lugar de por la ambición han terminado por convertirse en una coartada no para la falta de actitud en el campo pero sí para la relajación que en líneas generales ha afectado al equipo. Sin embargo, más allá de la falta de acierto, de los errores, de las ausencias por lesión y de los atenuantes del calendario internacional con Dani Gómez y sobre todo Bardhi, la lectura futbolística es que esta mala racha ha coincidido con la renuncia al 1-4-4-2 en el que se basa la identidad de juego granota y que es el sistema que mejores resultados ha dado a lo largo de esta temporada.

No es por intensidad

Los datos estadísticos demuestran que Paco López estaba en lo cierto cuando descartó que el motivo de la derrota fuese la falta de actitud o compromiso. El Levante corrió dos kilómetros más que el Huesca y sus guarismos también fueron superiores en cuanto a los esfuerzos de alta intensidad, lo que pone en duda esa teoría. Pero aun así, la realidad es que el equipo de Pacheta fue muy superior y que de puertas para adentro entre los propios jugadores sorprendió la puesta en escena con tres centrales, carrileros y un solo delantero ante un rival que practica un buen fútbol pero que está en la zona baja de la tabla. El balón parado volvió a ser un quebradero de cabeza para la defensa mientras que Javi Galán campó a sus anchas por la banda, lo mismo que Rafa Mir en ataque. Tampoco los cambios surtieron efecto, al revés.

Variantes

Aunque la versatilidad y riqueza de dibujos no puede sorprender a nadie y es de hecho uno de los rasgos que también identifican al Levante, sobre todo a lo largo de los últimos meses, de lo que tampoco hay duda con los números en la mano es de que el 1-4-4-2 de cabecera es el sistema más utilizado y con el que mejor rendimiento se ha obtenido. Con él se ganó sin ir más lejos el Derbi y se jugaron 70 minutos muy potables en el Villamarín hasta los errores del final que costaron la derrota.

Sin embargo, fue evidente que el equipo no carburó el viernes con el 1-3-4-2-1, lo mismo que ante la Real Sociedad hizo aguas el 1-3-5-2 en aquel partido de resaca copera en el que Dani Cárdenas salvó la goleada. Tampoco salió bien el cambio en la visita de Osasuna. Pese a que hay ejemplos en los dos lados de la balanza, los peores partidos de la temporada han coincidido con variantes al 1-4-4-2, por ejemplo la derrota en La Cerámica o la misma vuelta de Copa con el Athletic tras caer Melero en la ida.