Continúa el estropicio granota

El Levante se marcha del Martínez Valero con una derrota que permite al Elche soñar con la permanencia

Continúa el estropicio granota

Continúa el estropicio granota

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Se podría decir que el Levante sacó cruz en la moneda pero la sensación es que ni tan siquiera la lanzó al aire. Llegó sin pegada ofensiva y se marchó del Martínez Valero con otro 0 en el casillero a favor. Tanto de goles como de puntos. Y la peor noticia es que en una temporada en la que se logró la salvación con tranquilidad, al menos de manera virtual, y se disputaron unas semifinales históricas de Copa, el gusto será amargo por otro final de curso con más noticias negativas que positivas. ¡Quién lo iba a decir en febrero! Eso sí, en el otro bando, el Elche salió del encuentro con una sensación opuesta. Con tres puntos en el bolsillo y un triunfo que hace soñar con la permanencia gracias, sobre todo, a un Boyé fantástico que es el primero en arrimar el hombro. Y en hacer un gol que puede valer una salvación.

Los primeros minutos del partido mostraron lo que iba a ser la primera parte. Ritmo lento y pocas acciones ofensivas de valor en el bando granota. Mientras, el Elche tranquilo, con Boyé de ancla aguantando balones y a la espera de una acción aislada. Prácticamente una guerra fría. En el centro del campo costaba juntar dos o tres pases de manera consecutiva y cuando se hacía era sin excesivo ritmo. Con calma. Y eso terminó por meter al cuadro de Paco López en un estado de tranquilidad peligrosa. Y en ese contexto apareció el gol en contra en una acción que resume la primera media hora granota. Falta a favor en el centro del campo, prácticamente todos los hombres franjiverdes en su mitad y unos segundos después, tras un error de Vezo, Boyé encaraba a Aitor Fernández, que no salió tampoco a tapar demasiado. Para colmo, la repetición también señalaba a Postigo, observando la jugada desde lejos sin dejar al ariete en fuera de juego.

El gol tampoco hizo reaccionar a un Levante tímido y cansado. De hecho, los quince minutos finales de esa primera parte solo tuvieron una acción de peligro aislada por parte del bando granota. Un disparo desde la frontal del área del Comandante Morales, desaparecido hasta ese momento, que detuvo Gazzaniga sin demasiados apuros. Por su parte, el cuadro ilicitano estaba cómodo. Con Boyé ganando absolutamente todo y sin una muestra de carácter de los futbolistas granotas para frenarle o ir mejor al choque. Con el 1-0, los de Fran Escribá se limitaron a mirar el cronómetro, bajar metros en campo propio y esperar al descanso. Un camino a los vestuarios que dejó como imagen gráfica de lo que había sido el primer tiempo la cara de Paco López negando con la cabeza. Enfado mayúsculo del técnico de Silla.

El arranque del segundo tiempo parecía dibujar otro guión. De hecho a los pocos segundos, el Levante había generado mayor sensación de peligro que en toda la primera parte gracias a un fallo garrafal de Dani Calvo que aprovechó Morales con un centro lateral que no llegó a ninguna parte. Y de nuevo a la rutina del primer tiempo. Ritmo lento, alguna subida aislada más con corazón que cabeza de De Frutos y el Elche a defender su área sin ningún tipo de apuro. Y es que los de Escribá se limitaron a jugar con el marcador, de manera inteligente, y aún pudieron hacer más daño en una acción que terminó con show de Medié Jiménez. Un balón al espacio de Piatti acabó con el argentino en el suelo y el árbitro mostrando la roja, aunque tenía primero en la mano la amarilla, a Rúben Vezo. El portugués afirmando que no se iba del campo, Roger y Bardhi gritando que la había tocado el colegiado y menos mal que apareció el VAR para avisar al colegiado que no era expulsión. El motivo: Medié la había tocado con su bota en el ataque granota.

Desde ese momento hasta el final prácticamente no se jugó. Paco sacó del campo a De Frutos y Roger, Dani Gómez se dio un golpe tremendo con Gazzaniga y se tuvo que marchar en camilla dejando al Levante con 10 jugadores y el partido murió con la típica acción del cuadro granota cuando el marcador está en contra. Balón sin fe ni acierto al área en dirección a nadie y derrota consumada. Un KO que solo hace que acrecentar las dudas y que difuminan una jornada una temporada positiva que está tomando otro color por culpa de los últimos partidos. Y la peor noticia es que no aparece ningún punto de inflexión capaz de cambiar la dinámica. Ni por actitud, ni tampoco por fútbol. Por su parte, en la otra cara de la moneda, aparece un Elche en estado de éxtasis tras el triunfo. Tres puntos vitales y trascendentales en esa pelea por la salvación que además ponen la permanencia al rojo vivo.