Algo pasa con el gol granota

El bajón ofensivo del equipo ha sido otro de los motivos de los malos resultados en una dinámica que ha provocado una 'crisis' en Orriols

Algo pasa con el gol granota

Algo pasa con el gol granota

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El problema del Levante tiene muchos responsables. La relajación, las lesiones, los problemas defensivos y por supuesto, el bajón de rendimiento de hombres importantes en ataque. Especialmente importante es ese último punto. De hecho, el cuadro de Paco López, un técnico que siempre ha apostado por identidad ofensiva, no ha marcado dos o más goles en un partido desde el pasado 20 de febrero. Más de dos meses desde que el balón lejano de De Frutos entrara en una portería huérfana de portero con Oblak en el área. Por el camino solo dos victorias en nueve partidos y un evidente bajón de los hombres de ataque, algo que ha terminado por liquidar las opciones europeas, si de verdad las hubo, del cuadro del Ciutat de València.

Desde ese triunfo ante el Atlético de Madrid, el Levante solo ha anotado cuatro goles en nueve encuentros. Ni tan siquiera una media de medio gol por encuentro. Los goleadores han sido Roger, por partida doble, De Frutos y Malsa, este último no sirvió de mucho en el 1-5 contra el Villarreal en casa. Y la peor noticia es que con el Pistolero arrastrando dolores por una pubalgia, Morales en un mal momento tras firmar su renovación, y los suplentes lejos de ofrecer garantías, todo el ataque en los últimos duelos se ha reducido a esperar un momento de lucidez de De Frutos. El segoviano es el único que ofrece algo distinto y de su acierto depende en gran parte el resultado fina. Contra el Eibar marcó y estuvo cómodo, ante el Elche no encontró área ni tampoco compañeros. Pero siempre es el más implicado.

La sensación es que el ataque ha llegado muy justo de gasolina y con la eliminación de Copa y la salvación en el bolsillo todo el mundo ha bajado, en esa parcela, varios escalones. Afectados por el vacío que ha habido en el centro del campo, la fluidez en esas transiciones no es la de antes, pero también es cierto que la cantidad de recursos individuales no ha sido el mismo que hace dos meses. Empezando por la figura del ‘9’, donde Roger ha sido el gran responsable de buenos momentos. Su bajón ha dejado claro que ni Dani Gómez, ni León están a la altura y menos mal que le ha aguantado el físico gran parte del curso. Morales tuvo un pico de rendimiento alto pero se ha apagado y cada partido aparecen más problemas. Contra el Elche un solo disparo a portería, cero ante el Sevilla y uno contra el Eibar. Demasiado poco.