Desde la derrota en el Martínez Valero, el Levante fijó su mirada en el encuentro de Balaídos con un solo objetivo: ganar. Los tres puntos pueden ser un bálsamo perfecto a la crisis que vive el equipo, que a estas alturas de la temporada, y ya salvado virtualmente, vive uno de sus peores momentos del curso. Por resultados pero sobre todo por imagen. Hace unas semanas perdía en casa ante el Huesca y más allá de ver a otro equipo ante Eibar y Sevilla, la preocupación creció tras ver el KO ante el Elche. Un solo disparo entre palos, de Morales en el primer tiempo, y poco o nada al margen de la intención de De Frutos, el mejor en los últimos meses del equipo. Sin embargo, la situación ha llegado a tal punto que el vestuario es consciente de la presión que tiene. Por ganar, pero sobre todo por ofrecer otra cara distinta. Porque al final todo se reduce a competir más y mejor. Y de nuevo aparece el Celta de Vigo delante, como en la primera vuelta.

El 26 de octubre, el cuadro gallego visitó La Cerámica después del probablemente peor partido del equipo granota este año. El 2-0 en San Mamés en LaLiga. El empate no ayudó a calmar las aguas y ahí se abrió una brecha de cinco encuentros consecutivos con empate. Ahora la situación es similar, no por contexto clasificatorio sino por sensaciones. Por ambiente. Y Paco López ayer ya hablaba de que hay muchas cosas que cambiar.

En la alineación sin embargo tampoco se pueden hacer excesivos experimentos. Sobre todo en el centor del campo. Ahí no están por lesión Campaña, Radoja y Vukcevic. Tampoco podrá jugar Malsa, que vio la quinta amarilla contra el Elche y no estará en un duelo clave contra el Celta de Vigo. Sin la figura del francés, ni la de los lesionados, el conjunto granota tiene a Róber Pier como ese recurso de ancla y la posibilidad de elegir a Rochina, Bardhi y Melero. El macedonio podría acudir a la banda, con Rochina y el madrileño de interiores para tener a De Frutos por izquierda y Sergio León arriba.

El once dejaría fuera a Morales y Roger, dos futbolistas que en las últimas semanas han bajado su rendimiento por distintos motivos, y la sensación, tras las palabras de Paco López en rueda de prensa, es que pueden haber cambios en la parcela ofensiva.

En la defensa el Levante tampoco viene corto de problemas. Empezando por el lateral, el conjunto dirigido por Paco López recupera a Miramón pero la sensación es que todavía no está listo para entrar en el once. Algo similar a lo que pasó con Melero cuando entró por primera vez en la convocatoria. Y tanto Son como Coke han demostrado en los últimos enfrentamientos que no están preparados para sostener desde ese perfil al equipo. El primero de ellos al menos ofrece algo de amplitud ofensiva, pero atrás iguala el rendimiento del madrileño, que no está. En la zona central Rúben Vezo fue el elegido junto a Postigo en el Martínez Valero y ni uno, ni otro, estuvieron bien en Elche. Dentro de la exigencia que es defender a Lucas Boyè, hoy el equipo se mide a Mina, Iago Aspas y esas llegadas de Nolito por izquierda y Brais, algo que sin duda aumenta el nivel de exigencia. Y lo cierto es que el luso no está cómodo ni mucho menos. Por eso mismo todo apunta a Duarte de nuevo en el centro de la zaga. Y en portería, la eterna duda. Cárdenas de nuevo para seguir demostrando su nivel o Aitor, por segunda vez consecutiva de titular.

Recuerdo de la 19/20

La pasada temporada ambos equipos se midieron en el mismo escenario en la penúltima jornada. Los celestes se jugaban la vida, con la amenaza del descenso presionando a los pupilos de Óscar García Junyent, y su rival llegaba con los deberes hechos. Los granotas no tuvieron compasión y con su victoria por 2-3 condenaron al Celta a sufrir hasta el último minuto en Mallorca para celebrar una permanencia que se había complicado.