Para muchos empresarios del motor resulta incomprensible la tardanza de Gobierno central en aprobar una política de ayudas directas a la compra de automóviles, primero teniendo en cuenta que este sector se encontraba necesitado de una medida revulsiva y, en segundo lugar, disponiendo de ejemplos tan claros como los de Alemania, Austria, Francia o italia, entre otros países, donde ya se había implantado esta política desde hace meses con excelentes resultados.

Los germanos fueron los primeros en aplicar estas subvenciones, con una fuerte inversión de 5.000 millones de euros, destinados a ofrecer nada menos que 2.500 euros en la compra de un vehículo que cumpla las normas Euro 4 y entregar a cambio uno con más de 9 años de antigüedad.

Italia, por su parte, es un caso más parecido al nuestro, ya que sufría la mayor caída de ventas tras España. Pero en su caso los transalpinos decidieron frenar la mala racha tiempo atrás con subvenciones que pueden variar entre los 1.000 y los 5.000 euros en turismos, elevándose esta cifra hasta los 6.000 en el caso de los vehículos comerciales. De igual modo, a aquel que se aventure a comprar un coche propulsado por gas natural se le recompensará con 5.000 euros.

El gobierno francés es más comedido en la aportación económica, ofreciendo tan sólo 1.000 euros a aquellos que adquieran un vehículos con emisiones por debajo de los 160 g de CO2.

También encontramos casos como los de Austria, con 1.500 euros, Holanda con ayudas de entre 750 y 1.000 euros, o Reino Unido con más de 2.200, que ayudan a comprender lo necesitado que estaba el sector.