El Dakar, el rally más duro del mundo, ha sido recortado en esta edición a tan solo diez etapas plagadas de dunas en Perú, en cuya capital Lima parte este lunes la caravana de 337 vehículos, de ellos 138 motos, 96 coches, 41 camiones, 33 UTV (Vehículos Utilitarios Todoterreno o buggys) y 29 quads.

Tras la ceremonia del podio o presentación de todos los participantes celebrada el domingo en Lima, una corta etapa hasta Pisco, de 331 km, 84 de ellos de especial cronometrada, pondrán a cada uno en su lugar.

Unos optarán a la victoria, como Joan Barreda, el piloto en activo con más victorias parciales (22) y que buscará de nuevo con la CRF450 Rally con el número 5 del Monster Energy Honda destronar a KTM, que se presenta con los tres últimos tres campeones: el australiano Toby Price (3), el británico Sam Sunderland (14) y el austríaco Matthias Walkner (1). A los tres se suma Laia Sanz (17), que aspira a acabar su noveno Dakar consecutivo, un récord que ningún otro participante iguala en esta edición.

El gran pelotón lucha por acabar

Pero la mayoría se conformarán con acabar el mítico rally, una prueba de superación que muchos llevan al límite, como tres de los valencianos que lo harán sobre dos ruedas, y que lo convertirán en épico. El Dakar aceptó por fin la inscripción tanto del parapléjico italiano Nicola Dutto como del diabético valenciano Daniel Albero.

Sus casos han trascendido y estos días en Lima son dos de los participantes más buscados y fotografiados, especialmente Dutto (143) junto a su sorprendente KTM adaptada.Julián Villarrubia

(146), el piloto de Requena con seis Dakares a sus espaldas, que ayudó a Rafal Sonik a ganar en quads hace pocos años, será uno de los tres ángeles de la guarda que escoltarán a Nicola, como en tantas y tantas pruebas desde que el italiano sufrió el grave accidente que le dejó en silla de ruedas.

Lejos de rendirse, "puede escribir una de las páginas más hermosas del deporte" durante estas once jornadas, reconoce Villarrubia, miembro del cuarteto del Offroad Adventure Crew que completan Dutto, el también valenciano Pablo Toral (144), con amplia experiencia en África, y Víctor Rivera (145). "Nuestro objetivo es llevar a Nicola a la meta, nada más", dice Toral.

Gas e insulina

Un diabético en el Dakar es el equipo bajo el que se presenta Daniel Albero y su Husqvarna FE450 con el dorsal 135. Ya lo intentó hace ahora un año, pero ha sido en 2018 cuando ha logrado reunir el presupuesto, si bien una pequeña lesión en las últimas semanas le ha complicado la preparación.

"Gas e insulina" es su lema y pese a que admite que va «con lo justo», sus ganas y su afán de superación y de ejemplo para otros diabéticos le dan un plus de energía en su debut en el Dakar este lunes en Lima.

La revancha del farmacéutico Nacho Sanchis

Quien ya no es debutante aunque sufrió lo indecible en las dunas hace un año es Nacho Sanchis, farmacéutico de Enguera que tras verse obligado a abandonar en la tercera etapa, a lo que se sumó en 2018 el fallecimiento de su madre, ha logrado fuerzas para repetir con mejor moto.

Pilotará una KTM Réplica con el número 84, dentro del equipo FN Speed Team, en el que le acompaña el catalán Marc Solà (30), que al igual que Dutto participará con licencia de la Federación de Motociclismo de la C. Valenciana (FMCV). "Es mi pequeña revancha contra el Dakar", asume desde el inicio.

Barreda, "listo para la guerra en un Dakar de verdad"

Joan Barreda confirmó estar listo para su asalto a un Dakar que se le resiste, pese a las lesiones que le han trastocado la temporada. "En la puesta a punto todo fue positivo y creo que estamos ya preparados para luchar por esta carrera".

"Todo el equipo ha trabajado fuerte y el lunes empieza la guerra. Me espero un Dakar duro, difícil, un Dakar de verdad aunque sólo se corra en Perú. Confío en que en esta edición la navegación sea decisiva", añade Barreda, uno de los pilares de HRC junto a Gonçalves y Benavides, equipo que completan Bravec y Cornejo.