Después de la interminable ceremonia de salida que tuvo lugar este sábado, que se prolongó por espacio de 11:30 horas y que finalizó cerca de la medianoche, este domingo arranca oficialmente el Dakar con la celebración de una esperada primera etapa, que tiene que llevar a los participantes de Jeddah a Al-Wajh.

No es una toma de contacto habitual o un calentamiento, como se podría denominar a un prólogo, sino una especial de 319 kilómetros que ya pondrá a prueba como ha llegado a la cita cada uno de los favoritos. David Castera, el nuevo director de ASO, que el año pasado compitió como copiloto de Stéphane Peterhansel, ya advirtió en el briefing que esta primera etapa será un reflejo de lo que los pilotos se irán encontrando en los próximos días incluyendo las primeras dunas en el kilómetro 30.

Este Dakar, el primero en Arabia Saudí, arranca también con muchas dudas e incertidumbres, pero con la esperanza de que este nuevo territorio, no exento de polémica por el regimen político que lo dirige y las costumbres que imperan, devuelva a la prueba a sus orígines. Es una edición muy interesante, tanto porque es un terreno nuevo para todos como por las limitaciones que se han establecido para que nadie tenga ventaja en la navegación. También, por descontado, porque se presenta muy igualado.

En la categoría de motos, en la que manda KTM desde el 2001, es decir, que el fabricante austríaco se ha impuesto en las últimas dieciocho ediciones, hay seis marcas que compiten oficialmente para ganar y con más de diez pilotos que hoy piensan en poder tomar el relevo al australiano Toby Price, entre ellos el castellonense Joan Barreda. El de Torreblanca es uno de los tres valencianos que compiten en esta edición, junto al farmacéutico de Enguera Nacho Sanchis, y el diabético de Carcaixent Daniel Albero. Los tres pilotos de la Comunitat Valenciana correrán con los dorsales 12, 108 y 105 respectivamente.

Al-Attiyah, en su territorio

El catarí, pese a la notoria hostilidad entre Arabia y Catar, toma la salida con los pronósticos a su favor. El líder del Toyota Gazoo Racing, que ya ha ganado la prueba en tres ocasiones, la última el año pasado, tiene que hacer frente a una fuerte competencia interna, con pilotos como Giniel de Villiers y el saudí Yazeed Al Rajhi, quien obviamente es el que conoce mejor el terreno. Además, Toyota ha mejotado no solo el rendimiento del Hilux sino también su fiabilidad.

Los Mini, por otro lado, con una estructura reducida a dos buggies para Carlos Sainz y Stéphane Peterhansel, serán sus principales adversarios, aunque en este caso también hay que tener en cuenta a pilotos como el polaco Jakub Przygonski y el argentino Orlando Terranova con el siempre fiable Mini 4x4 con el que el año pasado Nani Roma logró acabar segundo. Las condiciones de la prueba serán las que dirán finalmente qué coche se adapta mejor al terreno, aunque en un Dakar con mucha arena como se espera los buggies 4x2 pueden tener más opciones por las diferentes ventajas que ostentan en el reglamento.

Pronósticos abiertos

Aunque con un coche nuevo y poco probado, nunca hay que descartar a Nani Roma, quien se ha convertido en uno de los pilotos que mejor saben leer y gestionar el Dakar. El piloto catalán debuta con el constructor alemán Borgward y tiene a su lado a Dani Oliveras que el año pasado debutó como copiloto de Gerard Farrés, después de que Àlex Haro se haya ido a Toyota de navegante de Giniel de Villiers.

Además del holandés Bernhard Ten Brinke, (Toyota), el checo Martin Prokop (Ford) o Khalid Al Qassimi (Peugeot 3008 DKR), de los Emiratos habrá que contar con Fernando Alonso, quien a los mandos de un Toyota Hilux oficial hace su debut por la puerta grande y con Marc Coma, que ganó cinco veces la prueba en moto, debutando a su lado como copiloto tras tres años como director deportivo del Dakar.

El gran desafío de Fernando Alonso

El asturiano es la gran atracción mediática de este Dakar y su debut junto a Marc Coma se sigue con expectación.

Bicampeón mundial de Fórmula Uno, vigente campeón del WEC y doble ganador de las 24 Horas de Le Mans, Fernando Alonso emprende el mayor reto de su carrera deportiva dentro de su ímpetu por demostrar ser el piloto más completo y a la espera de correr en mayo otra vez las 500 Millas de Indianápolis.

"Tengo los pies en el suelo, sé mis limitaciones y la falta de experiencia. Hay que poner objetivos realistas. Marc Coma, que tiene mucha experiencia, estará a mi lado, así que entre todos ha servido para que mi aprendizaje fuese intenso y ahora me toca ponerlo en práctica", decía.

Otros expilotos de Fórmula 1 le precedieron

Fernando Alonso no es el primer piloto de la Fórmula 1 que corre el Dakar, aunque sí es el primer campeón del mundo en hacerlo. Antes que él han disputado la prueba otros, de los cuales dos consiguieron ganar la carrera: Jacky Ickx (1983) y Jean-Louis Schlesser (2000 y 2001).

No esconde las dificultades que se avecinan. "Es lo más alejado que puede haber de la F1. Hay que saber leer el terreno, que es completamente desconocido. Cada metro que recorres es nuevo y no puedes perder la concentración durante ocho o nueve horas al día. Voy a dar lo máximo, pero no estoy preparado para optar a ganar", apunta el asturiano.

Pocos creen que pueda ganar, pero nadie duda, a tenor de su nivel de exigencia y competitividad, que estará ahí, que será protagonista, tanto porque acapara gran expectación mediática como porque ahí donde ha ido siempre ha destacado y el Dakar no debe ser una excepción.