Marta Galego comenzaba su séptima temporada como árbitra cuando a los 20 minutos escuchó: “¡Vete a fregar platos!”. No una ni dos veces sino hasta tres. Así que, valiente, sin temblarle el pulso, paró el partido. “Me dirigí al delegado, le dije que esto no se podía tolerar y el delegado fue y expulsó al aficionado”, nos cuenta Marta.