La fiesta inaugural del Mundial de Rusia 2018 comenzó este jueves en el estadio Luzhniki de Moscú sin grandes pompas pero con el plato fuerte de la actuación del cantante inglés Robbie Williams.

El popular intérprete arrancó la ceremonia media hora antes del inicio del primer encuentro del torneo entre el anfitrión Rusia y Arabia Saudí, por el Grupo A. El británico, siempre polémico, 'dedicó' una peineta a los espectadores de la gala.

La ceremonia fue un cóctel entre los principales exponentes del alma rusa, la música clásica, las bellas artes y el ballet, y los nuevos ritmos de la cultura popular.

Williams hace una peineta a los telespectadores. Vídeo: Youtube

La estrella del pop británico Robbie Williams fue el encargado de animar la fiesta y convertir el estadio en una discoteca con canciones como "Let me entertain you", "Feel" o "Rock DJ".

Mientras, el alma rusa estuvo representada por bailarines, pianistas, violinistas y un arpa que puso la nota sentimental a un día de fútbol.

Uno de los momentos culminantes fue cuando Williams y la soprano rusa Aida Garufillina -que a los 31 años ha conquistado la Ópera de Viena- interpretaron juntos uno de los mayores éxitos del británico: "Angels".

A continuación, el presidente ruso, Vladimir Putin, acompañado del titular de la FIFA, Gianni Infantino, declaró inaugurada la cita máxima, que se extenderá hasta el 15 de julio.

Casillas presenta el trofeo

Antes de que comenzara la ceremonia, el guardameta Iker Casillas, capitán de la selección española que ganó el Mundial en 2010, se encargó de llevar el trofeo al césped del estadio Luzhniki. Le acompañó la modelo rusa Natalia Vodianova.

El trofeo -más de seis kilos de oro macizo- sustituyó en 1970 al Jules Rimet, que Brasil se quedó en propiedad al ser el primer equipo en ganar tres Mundiales.