"Es un desahogo para nosotros". Era la primera reflexión que hacía Lionel Messi tras el dramático partido de Argentina. Una expresión fina para describir la situación que evitó el equipo, a partir del gol de su capitán, en la que estaba al borde del abismo y por el que se podía haber precipitado si hubiera perdido frente a México. Una imágenes revelaron que a Lionel Scaloni, el seleccionador, le cayeron unas lágrimas con el 1-0. Su ayudante, Pablo Aimar, desató el lagrimal con el 2-0.

"Estoy feliz y contento porque ahora estaremos unos días tranquilos", dijo Messi, superada la amenaza de la eliminación, que habría comportado una serie de consecuencias durísimas para todos y de las que se han librado. O aplazado hasta que salden la clasificación.

No está todo el trabajo hecho, pero Argentina depende de sí misma y eso apacigua a Messi. Y a los demás, por tener precisamente a Messi de su lado. "Lo importante es ayudar siempre a Leo. Cuando lo hacemos, él termina solucionando los problemas", dijo Ángel di María, una de las teóricas estrellas del equipo, un soldado raso a las órdenes del capitán.

"Antes del gol me dijo que lo buscara ahí atrás”, explicó Di María, autor del pase desde el extremo que controló Messi a pocos metros del área. "Le había dicho al Fideo, que juntaba gente ahí, que intentara encontrarme rápido porque yo me quedaba solo. La paré, la dejé ahí, y salió fuerte", corroboraba Messi del latigazo raso que soltó con la zurda para desbrozar el camino de minas que había hacia la victoria.

La familia sufre

Feliz, tranquilo y desahogado se marchó Messi de madrugada del estadio Lusail porque la familia estaba bien. Igual. Su esposa y sus tres hijos están en Qatar. "Mateo se fue llorando de la cancha el primer día y Thiago salía echando cuentas diciéndole que si ganábamos los dos partidos clasificábamos", comentó el patriarca. "Sufren igual que todos los argentinos, pero nos llevamos una alegría y nos volvemos a acomodar porque dependemos de nosotros", concluyó con una sonrisa que durará hasta el miércoles, el día de la cita con la Polonia de Robert Lewandowski, que tiene un punto más.

Empatado con Maradona

Ese gol crucial le permitió empatar en goles (8) y en partidos disputados (21) a Maradona. Están de igual a igual, con la salvedad, gran salvedad, que el mito de quien se cumplían el viernes dos años de su fallecimiento posee un Mundial en su palmarés (1986). El reto de Messi, la exigencia que le formulan los críticos.

Messi reconoció que el equipo afrontó el duelo frente a México ""con mucha ansiedad", tanto por la espera del partido como por la necesidad de reparar el grosero error de haber perdido ante Arabia Saudí en el estreno y en el mismo estadio de Lusail. "Fue un partido difícil de jugar", admitió. La tensión acumulada propició, según la lectura del 10, que el equipo jugara de forma muy precipitada. Necesitaba una pausa y llegó el descanso.

Scaloni les había adelantado que el duelo sería "trabado" por el estado de nervios de todos. En el descanso, pidió a los suyos un poco más de paciencia. "Scaloni nos dijo que los espacios aparecerían cuando ellos se cansaran", explicó Di María. "Cuando empezamos a moverlos de lado a lado encontramos los espacios entre líneas que siempre buscamos", analizó Messi.