Una transición tranquila

El riojano deberá dar un paso al frente si se confirma la retirada de Busquets o no siguen pilares como Koke o Azpilicueta; su intención es recuperar jugadores de talento olvidados, como Fabián Ruiz, y abrir más el abanico de candidatos

Luis de la Fuente, una imagen de archivo

Luis de la Fuente, una imagen de archivo / RFEF

Jordi Gil / Javier Giraldo

Luis de la Fuente está llamado a dar continuidad al proyecto de Luis Enrique. No será un cambio abrupto en cuanto a concepto. Los jóvenes seguirán gozando de protagonismo y se pueden incorporar nuevos nombres de futbolistas que están consolidados en la élite, que podría llegarles la hora.

Sus matices pueden llegar con futbolista que han sido claves para él en la sub’21 o el equipo olímpico. El mejor ejemplo sería Abel Ruiz, el futbolista que con 18 partidos más participaciones ha tenido con De la Fuente, anotando 10 goles. Abel, del Sporting de Braga, ya ha debutado con la absoluta y podría sumarse al grupo.

Eso no quiere decir que de golpe y porrazo pase a ser el ‘9’ titular de España. De la Fuente valora a Morata o veteranos como Gerard Moreno, Borja Iglesias, Iago Aspas o incluso Raúl de Tomás, si recupera el nivel, para dar más punch a la delantera.

Aire en el medio campo

En el medio campo es donde pueden producirse más cambios. La más que posible retirada de Sergio Busquets puede dar galones a Rodri, pero no hay que olvidar a Martín Zubimendi, otro de los medio centros que gustan mucho al riojano. Moncayola, de Osasuna, es otro centrocampista que puede sumarse a la causa, al igual que Mikel Merino o Ceballos, que también son de su gusto.

Gavi y Pedri son intocables, pero contarán con más recambios. Lucho prefirió llevarse a más delanteros que medios al Mundial y solo Koke y Carlos Soler dieron algo de respiro en la sala de máquinas. Tampoco hay que olvidar la opción de Fabián Ruiz, del PSG, olvidado por Luis Enrique desde la Eurocopa del 2020, que con De la Fuente era un pilar en las inferiores.

Prioridad en la derecha

En defensa, Eric Garcia o Hugo Guillamón también apuntan a seguir en este barco (el jugador del Valencia CF además es un comodín al que conoce de primera mano de las categorías inferiores) donde la figura de Laporte está muy consolidada, y habrá que ver en los laterales si suben jóvenes como Arnau, del Girona, o Pedro Porro, Sporting de Lisoba. La derecha es la banda más coja de la selección con Carvajal y Azpilicueta que están en duda.

En la izquierda, Alba parece tener el puesto asegurado, Gayà, a sus 27 aún tiene mucho recorrido y ganas de resarcirse del ‘palo’ que supuso quedarse sin Mundial por una lesión leve, poniendo la Eurocopa en el horizonte y podría unirse Cucurella, del Chelsea, en una zona con ‘overbooking’ de futbolistas. Balde también es otra opción con su crecimiento tanto en el Barça como en la absoluta.

La siguiente quinta, muy joven Los cambios de De la Fuente no irán mucho más lejos. La siguiente generación que actualmente defiende a la sub’21 es excesivamente joven y aún le falta madurar mucho más. De todos modos , estos jugadores saben que con el nuevo seleccionador, si juegan de manera regular en su clubs y lo hacen a un buen nivel, en cualquier momento pueden dar el salto,.

Gabri Veiga o Rodrigo Riquelme, que estaban en la prelista de 55 futbolistas de Luis Enrique para el Mundial, son dos buenos ejemplos. 

De todos modos, la intención es que estos futbolistas sigan su proceso de formación lógico y además hay un gran compromiso por delante en verano como es el campeonato de Europa sub’21 en Georgia y Rumanía, donde no solo está el título en liza sino una de las plazas para los Juegos Olímpicos de París 2024. Aunque en un principio la Federación tenía la intención de dar las riendas de la Rojita a Julen Guerrero, todo apunta a que finalmente se respetarán las jerarquías y el técnico de la sub’19, Santi Denia, será finalmente el elegido, Guerrero, por tanto, pasará de la sub’15 a la sub’19, si bien el trabajo en la estructura técnica federativa es muy coral y el flujo de información entre todos es constante. Precisamente, esta es unas de las claves que se apuntan como éxito de las inferiores españolas.