El parque automovilístico español contará con entre 1 y 2,5 millones de vehículos eléctricos para el año 2030 del total de 220 millones de unidades que circularán por todo el mundo para dicho año, según datos recogidos en el estudio 'Vehículo eléctrico: situación actual y perspectivas futuras', elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica IIT-ICAI, de la Universidad Pontífica de Comillas, y publicado en el portal del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Según el informe, tan solo el 10% del parque automovilístico español será eléctrico en 2030 y estima que se tardarán unos 20 años para la electrificación total de este en caso de que se llevan a cabo las políticas más favorables.

En este contexto se estima que en España un 15% de las matriculaciones corresponderá a coches 100% eléctricos en 2030; un 25% a modelos híbridos y un 60% vehículos de combustión interna.

"Como competidor natural de los vehículos eléctricos, los vehículos de combustión van a seguir liderando las ventas en los próximos años, dado que las sucesivas mejoras tecnológicas o el cambio a combustibles como el gas, permitirán una reducción progresiva de las emisiones", señala el estudio.

Así, el texto subraya que el "elemento dinamitador fundamental" para la transición hacia el coche eléctrico será la regulación sobre movilidad, tanto internacional, respecto a los límites cada vez más restrictivos de emisiones y medidas de independencia energética, como nacional en lo referente a incentivos al uso de vehículos no contaminantes o restricciones de circulación en las ciudades.

El estudio califica como "muy importante" establecer una estrategia coordinada vertical y horizontal, entre autoridades locales y nacional y ministerios/consejerías. "Esta coordinación es necesaria por su impacto en la economía del país", apunta.

Asimismo, resalta la necesidad de definir una fiscalidad efectiva a todo el parque automovilístico que integre el impacto medioambiental de los vehículos, así como realizar un cálculo sobre cómo la transición hacia una movilidad sostenible afecta a la balanza comercial de España.

"El impacto positivo del menor consumo de combustibles fósiles puede suponer un aumento de la importación de vehículos si estos no se fabrican en España. Por ello, es necesario aprovechar la oportunidad no solo de adaptar nuestra industria del automóvil, sino invertir en I+D+i para generar tecnología 'made in Spain' con nuevas patentes, para que la transición aporte valor a la industria", detalla el informe, que concluye que España necesita diseñar una estrategia coordinada de país para garantizar una transición hacia la movilidad sostenible eficaz y eficiente.