El espectáculo quiere ser una mirada y un recuerdo a un modo de vida que acaba. Un pequeño homenaje al mundo rural, a una gente que históricamente ha sido dejada de la mano de Dios: los masoveros.

Un masovero, viuda y ya mayor, se ve obligado a vientre la masía de su propiedad. Las causas: la edad, las fuerzas, las presiones de la familia que no puede cuidar de él, la soledad y el abandono generalizado en el que se encuentran las zonas rurales, carentes de servicios e infraestructuras básicas.

Un día recibe la vista de un grupo de posibles compradores y les muestra las diferentes estancias de la masía. Mientras lo hace, revive emocionado algunos de los momentos vividos entre estas cuatro paredes y la transformación de la masía con el paso del tiempo.