Abrimos una caja de cartón llena de fotos antiguas y la infancia nos viene a la memoria como una bocanada. La foto es del 7 de abril de 1974, la instantánea de una familia feliz, como cualquier otra familia feliz. Las carreras de los niños por el huerto y por la alberca, el descubrimiento del amor y los primeros desengaños.

El tío Paco todavía tenía pelo, y el tío Voro acababa de hacerse el tercer carajillo del día. Qué guapa que estaba la prima Lolín, y qué satisfecho que parecía Carles con la mano en el bolsillo. ¿Quién se acuerda ya de Grace Kelly y Piudeferro? Seguro que no había en Alzira dos amantes como Salgado y Amparito. Ay, qué jóvenes eran los padres. ¡Y qué buena que estaba la paella! Tantos y tantos recuerdos de felicidad, todo esto está dentro de esta foto. Pero, ¿quién podría sospechar lo que pasaría a la hora del café? ¿Quién nos contará los secretos y las miserias que, como bien decía Tolstoi, hacen que cada familia sea infeliz a su manera?