Spike Lee está muy bien, y posiblemente sin él, el 'black cinema' tendría menos resonancia. De entre otros directores afroamericanos, Charles Burnett ('Nunca te acuestes enfadado') es excelente, aunque menos conocido. Jordan Peele también está muy bien. Y en los 70, el 'blaxploitation' dio títulos ilustres, creó un 'star system' propio -Pam Grier, Richard Roundtree-, nos dejó bandas sonoras de funk, blues y jazz inigualables, cortesía de Curtis Mayfield, Roy Ayers e Isaac Hayes, y demostró que se podía hacer cine de acción con directores, intérpretes y técnicos afroamericanos que fuera degustado por todos los públicos y resultara, al mismo tiempo, combativo y reivindicativo. Pero estando todo esto muy bien, nada habría sido lo mismo sin Melvin Van Peebles y su mítica 'Sweet, sweetback's baadasssss song', realizada en 1971.

Van Peebles falleció el pasado martes a los 89 años. Aquella película de título impronunciable fue dirigida, escrita, producida, montada y protagonizada por él. También compuso parte de la música junto a Earth Wind and Fire, y esa es otra banda sonora de postín -editada, claro, por el sello Stax Records-, un cruce de funk, free jazz y otros estilos de música negra que le confieren una lubricidad rítmica y una tensión a la película que ningún 'blaxploitation' logró. El filme acostumbra a incluirse en este movimiento, pero la realidad es que Van Peebles comió aparte. Fue siempre por libre y su cine, verdaderamente independiente y muy 'underground', no se casó con nadie.

Uno de sus hijos, Mario Van Peebles, actor y realizador de varios filmes -entre ellos 'Baadasssss!' (2004), en el que recrea el rodaje del filme además de interpretar a su padre-, ha expresado en un comunicado que "mi padre sabía que las imágenes de los negros importaban, y necesitamos vernos a nosotros mismos siendo libres". A diferencia de algunos modos del ‘blaxploitation’, que fue perdiendo garra al ser asumido por el 'Hollywood blanco', Melvin Van Peebles siempre se mantuvo al margen del sistema institucionalizado.

Su película fue rodada en solo tres semanas con un presupuesto de poco menos de medio millón de euros; el dinero lo puso Van Peebles de su propio bolsillo, más una aportación de Bill Cosby. Narra la huida de un hombre afroamericano, Sweetback, que mata a dos policías blancos para defender a un joven miembro de los Black Panthers.

13 millones de recaudación

En su viaje hacía ninguna parte, topa con gente del gueto e incluso con Hell’s Angels. Todo es convulso y urgente, e imaginativo, en este filme barato que acabó recaudando aproximadamente 13 millones de euros. Cuenta la leyenda que, durante la filmación de una de las escenas de sexo, Van Peebles, en el papel de Sweetback, contrajo gonorrea. Pidió una compensación al sindicato de directores y, con el dinero obtenido, compró más material para rodar. Cine de pícaros. También se dice que pagó a Earth Wind and Fire con un cheque sin fondos y que nunca cobraron por su trabajo.

Aunque parece autor de una sola película, Van Peebles dirigió una decena más de títulos, entre ellas 'Watermelon man' (1970), una comedia sobre el racismo que toma su título del célebre tema de Herbie Hancock, e 'Identity crisis' (1989), en la que su hijo Mario interpreta a un rapero poseído por el alma de un diseñador de moda. En calidad de actor intervino en películas alejadas de su ideario como director, caso de 'Tiburón, la venganza', 'Boomerang, el príncipe de las mujeres', el wéstern de su hijo 'Renegados' o la serie de televisión 'El resplandor'.