Si creíamos que Javier Bardem se había encasillado en papeles de villano, ahora su carrera se abre hacia una nueva dimensión. En su última película, 'Lilo, mi amigo el cocodrilo', nos sorprende con un personaje que canta y baila junto con un simpático reptil que tiene la particularidad de expresarse a través de la música y que cuenta con la voz de Shawn Mendes. El filme llegará a las salas de cine el viernes 21 de octubre.

Si nos retrotraemos a sus inicios… la primera vez que lo vimos cantar fue en ‘Boca a boca’ entonando ‘Make ‘Em Laugh’ de ‘Cantando bajo la lluvia’

¡Exacto! Y no solamente eso, también en ‘Huevos de oro’ cantaba ‘Por el amor de una mujer’, de Julio Iglesias. 

¿Y qué ha pasado ahora para que retome esta faceta oculta?

Es verdad que he pasado de no cantar a hacerlo en tres películas seguidas: 'La sirenita' (live-action del clásico de Disney dirigido por Rob Marshall en la que encarnará al Rey Tritón, todavía pendiente de estreno), 'Ser los Ricardos' (por la que estuvo nominado al Oscar) y ahora esta. Entonces, a ver qué pasa, por qué. Pues no me lo he preguntado mucho, solo he pensado que, si la vida me lo ha puesto ahí, tenía que aprovechar. Y después está el peso de mis hijos, que nunca han podido ver una película mía porque son todavía pequeños, imagínate. ¿Qué les pongo, ‘No es país para viejos’? Yo creo que les queda un poco para eso (ríe). Así que será la primera vez que me vean en una pantalla, y la verdad que me hacía ilusión eso. ¡Aunque también tengo mucho miedo!

Se nota lo bien que se lo ha pasado rodando esta película.

Hombre, si te tiras a esta piscina tienes que nadar y bucear, ir de espaldas y en modo mariposa. Si te vas a mojar, lo haces en consecuencia. Y era importante disfrutarlo, porque el personaje es puro placer, un tipo con gran pasión por lo que hace y que está deseando compartirla con los demás, así que había que dejar las dudas a un lado, los conflictos o lo que fuera. Lo que más me gustaba de él era que siempre tiene una sonrisa en la cara y eso en estos tiempos que corren me parecía bonito, poder desprender esa energía. Y qué bien que eso se traduzca en música, en movimiento y que la gente y los niños lo vean y lo disfruten. Y con un cocodrilo que es además, es de lo más ‘cute’. 

¿Ha llegado este papel en un momento de su carrera en el que necesitaba divertirse?

Es verdad que ya no me importa lo que la gente opine. Los intérpretes necesitamos un espacio para poder expresarnos. No siempre se tiene la oportunidad de hacer grandes películas, pero igual a través de otras se puede llegar mejor al público. Es una suerte, en ese sentido, poder hacer una película con Aaron Sorkin y otra con un cocodrilo. A mí me parece un lujo. Por un lado, unos textos impresionantes al lado de una actriz maravillosa como es Nicole Kidman y por otro, unas composiciones musicales de no creer, hechas por los responsables de ‘El gran showman’, que canto con un cocodrilo. Me quedo con las dos. Y no hay que menospreciar la una frente a la otra. 

Además, los directores de 'Lilo, mi amigo el cocodrilo', son Josh Gordon y Will Speck, que debutaron con 'Patinazo a la gloria', un clásico moderno de la comedia. ¿Se vería ahora poniéndose unas mallas como Will Ferrer en esa película?

Mira, cuando dije que no a ‘Minority Report’, de Steven Spielberg, fue porque quería rodar ‘Los lunes al sol’. Y también porque no me veía yo en ese momento preparado, ni para hacer una película en inglés (que entonces no dominaba), ni haciendo ciencia ficción de acción, que se supone que no era mi rollo. Si me mandan ahora ese guion, no me lo pensaría ni dos segundos y seguro que me lo pasaría estupendamente saltando por los tejados siendo robot. 

En ese sentido, ¿hay un tiempo para cada cosa?

Absolutamente. Hace diez años igual me creía yo un actor muy serio para hacer ciertas cosas (hace un gesto de intensidad y ríe). Pero anda que no es serio ponerse delante de un equipo y hacer un número musical. Y yo solo, porque el cocodrilo no existía, lo ponían después en efectos especiales. Pero la exactitud que hay que tener en este tipo de producciones en cada gesto, en cada paso, es algo que nunca había experimentado. A veces creemos que lo más intenso es lo más difícil, y no es cierto. 

¿Cuál es el peor enemigo del cine tras la pandemia

Las plataformas están muy bien, pero también hay mucho contenido que pasa desapercibido, y el exceso de películas (o de contenido, como dicen) puede producir un efecto de cansancio, de agotamiento. ¿Al final qué veo? Y pierdes una hora buscando y no ves nada. Y creo que ese es el peor de los enemigos, la incapacidad de decidir sin pensar que vas a ver algo sintiendo que te vas a perder otra cosa, la última gran serie del momento, por ejemplo. Eso antes no sucedía, tenías cinco películas y ahora tienes que decidir entre cincuenta. Y dentro de un mes hay otras cincuenta. Y eso tiene que ver con la cultura en la que vivimos, con ese miedo a no estar formando parte de la conversación. 

¿Tiene usted FOMO (Fear of missing out) o terror a perderse algo? 

Intento no tenerlo, tengo 53 años y eso nunca había formado parte de mi vida. Pero lo veo en mis hijos y también lo veo en los adultos de mi alrededor. Vamos muy disparados y eso afecta a todo, a cómo consumimos las cosas y cómo esas cosas nos consumen a nosotros.