Las cuatro cosas que los camareros odian que hagas en un restaurante

Se trata de una de las profesiones más duras y debes ser amable cuando les hagas una visita

Cada vez, por desgracia, son más las profesiones que son muy duras y están mal pagadas. Y por eso debemos empatizar con los que se dedican a esos oficios. Una de las más difíciles es la de camarero, donde habitualmente se trabaja durante un gran número de horas, sin apenas descanso, con una remuneración que no suele ser la merecida y con decenas de personas reclamándote en todo momento.

Visitar un bar o un restaurante es un momento placentero en el que solemos desconectar de nuestros también intensos trabajos o estudios, pero eso no significa que tengamos licencia para comportarnos de cualquier manera. Hay que ponerse del lado de los profesionales de la hostelería y ser amables con ellos. Por eso debemos saber que hay algunos comportamientos muy habituales que los camareros suelen odiar.

Sentarse en una mesa sin preguntar a ningún camarero

Asúmelo: no puedes entrar en un bar como Pedro por su casa. Normalmente las mesas reservadas llevan un cartel que lo indica o simplemente puede que haya cola y otra persona que ha llegado antes que tú esté esperando. Si el restaurante reserva mesas debes llamar y si no preguntar a un camarero. De lo contrario solo lograrás estresarle y darle más trabajo, pero nunca comerás antes por sentarte sin avisar.

Pedir al camarero que explique toda la carta

Es humano tener dudas sobre la comida y el camarero es el encargado de resolverlas, pero no abusemos. Está bien preguntarle sobre algún plato en concreto o pedirle una sugerencia pero no que te lo explique todo. Tiene muchas mesas que atender y no puedes retenerle tanto tiempo. Por eso mismo lo que tienes que hacer es leerte bien toda la carta para que te queden las mínimas dudas posibles y pedirlo todo a la vez salvo la bebida, el postre y el café.

Llamar al camarero a gritos o con poca educación

El camarero está para atendernos y puede ser que en un momento dado no se dé cuenta de que le necesitamos si no le avisamos, vale, pero hay formas y formas. Un grito, un 'tss' o un 'ehh' no son formas. Tampoco llamarle 'jefe' o, peor todavía, por comentarios sobre su físico. Si ves a una camarera guapa no le lances un piropo mientras está trabajando, por favor. Es mucho más educado dirigirte a ellos con un 'disculpa' o si conoces su nombre porque has ido antes al restaurante o llevan una chapa con él llámales así directamente.

Pagar la cuenta por separado

Si vas a cenar con tus amigos es lógico que cada uno pague lo suyo, por supuesto. Pero eso tampoco es problema del restaurante. Si queréis pagar en metálico que cada uno ponga lo suyo y os apañáis para repartir el cambio y si preferís hacerlo con tarjeta que pague una persona y el resto le hagan un 'bizum'. Cobrar varias cuentas por mesa da mucho trabajo innecesario al camarero y pagar cada uno de una forma todavía más. Y por cierto, no seáis rácanos y dejadle un par de euros de propina.