La pandemia del coronavirus puso en ebullición la ya inquieta mente de Manuel García, chef con Estrella Michelin desde 2008 del restaurante gallego Retiro da Costiña (Santa Comba). Con los fogones apagados durante 11 meses por decreto, el cocinero imaginó en la primavera de 2020 una receta de chocolate para endulzar tan amargo trago y evitar así una regulación temporal de empleo que dejase en la calle a sus más de 20 trabajadores.Fue de esta forma como nació Costiña Chocolat, unas rocas de chocolate que elabora solo de octubre a enero y que ya han cautivado a los amantes del cacao más selecto de todo el mundo y triunfan sin complejos en la chocolatera Suiza. Los fogones se apagaron pero los hornos nunca dejaron de funcionar en este acogedor restaurante abierto por sus abuelos en 1939.

Comercializadas a través de su página web y en casi 300 tiendas gourmet de toda España, el chef y su equipo elaboran a mano cada una de las rocas, más de 20.000 unidades al día, que guardan celosos en una enorme nevera de 4.000 metros cuadrados.Cada año preparan 300.000 bombones que desaparecen en cuestión de horas.

El cacao amelonado le llega a Manuel García desde Santo Domingo y de la isla africana de Sao Thomé para crear cuatro tipos de bombones.

  • Costiña Blanc. Notas de vainilla perfuman finas láminas de paillete que, mezclados con chocolate blanco procedente de África Occidental, aportan un intenso sabor a nata perfumada de vainilla.
  • Costiña Lait. Sabor a caramelo sobre una cobertura de chocolate con leche al 38% y una punta de sal.
  • Costiña Blond. De color ámbar y dorado esconde notas lácteas tostadas, para realzarse intensos sabores a galleta y mantequilla.
  • Costiña Noir. La cobertura de chocolate negro procedente de Costa de Marfil y representa el equilibrio perfecto entre la acidez y el amargor del cacao, realzado con notas florales.

Cada día, 12 empleados de Manuel García elaboran estas crujientes y aéreas rocas. "Esa textura solo se consigue haciendo las piezas de forma artesanal", insiste el chef antes de revelar que fue su hijo Martín, de siete años, el que le convenció para elaborar este bombón presente ya en tiendas gourmet de Portugal y Suiza. "Me di cuenta de que le encantaba el 'crunch' de la roca y me decidí a preparar paquetes con los cuatro sabores", añade, sorprendido aún del éxito alcanzado con esta receta dulce.