Se acercan las fiestas navideñas y seguro que llega la hora de buscar un jamón. Así somos en España: celebramos con comida y qué mejor que un buen plato de nuestro producto estrella. El jamón es, junto a productos como las gambas, el foie, piezas de marisco o cava, productos estrellas en todas nuestras mesas.

¿Quieres acertar con tu jamón estas fiestas? Lo primero que debes saber es qué tipo de jamón compras, ya que no todas las piezas son iguales, de la misma raza y características.

Diferencias entre jamón serrano y jamón ibérico

El error más común es no saber diferenciarlos. Esto lleva a confusiones "frecuentes" entre los consumidores e incluso entre algunos profesionales del sector.

La distinción básica: el jamón serrano proviene del cerdo blanco (raza Duroc o Pietrain, entre otras) mientras que el ibérico procede de un animal que al menos tiene un cincuenta por ciento de raza ibérica, hecho que le otorga un aspecto más oscuro.

En su sabor es clave la alimentación del animal. El jamón serrano se alimenta con piensos y el ibérico puede hacerlo tanto con pienso como con bellota.

¿Qué etiqueta debe llevar un buen jamón?

La clave es saber qué pieza estás comprando. Un jamón con etiqueta blanca es de cerdos de granja alimentados con pienso; la etiqueta verde se refiere a cerdos alimentados con pienso y suplementos de bellota en la dehesa y la roja es que su alimentación es pura a base de bellota. La etiqueta negra es similar a la roja pero con cerdos cien por cien ibéricos. Esto representaría la excelencia.

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