La guerra entre Kiko Hernández y Alejandra Rubio está más viva que nunca. Hace unos días, la nieta de María Teresa Campos atendió a los periodistas y respondió a las acusaciones del tertuliano de 'Sálvame', que sostuvo que no estaba ayudando en la mudanza de su abuela. "No le doy importancia a lo que diga ese señor", aseguró ella.

 

Además, Alejandra manifestó su deseo de que Kiko no acuda al nuevo hogar de María Teresa: "No creo que esté más. Espero que no esté más". Unas declaraciones que han desatado al colaborador durante la tarde de este martes: "Eres una provocadora. No he vuelto a hablar de tu madre después de lo que dijisteis. De pronto te ponen un canutazo y dices que esperas que no vuelva a casa de tu abuela".

 

Kiko ha recordado que María Teresa Campos habló de la visita que le hizo junto a sus hijas como "uno de los días más bonitos que había tenido en todo el verano". "Si no quieres que tu abuela tenga días bonitos, ya será cuestión tuya. Que le tengas que decir a una señora de 80 años con quién se tiene que reunir y con quién no, manda narices, niñata", ha lanzado.

 

Visiblemente molesto por las declaraciones de Alejandra, Kiko ha decidido contar lo que sucedió el día que fue a comer a la casa de la veterana presentadora. "Había una ola de calor que no se podía estar ni en el coche. Me porté con ella como si fuera mi propia abuela", comenzaba diciendo.

 

"Noté algo de calor, pero después de dos horas estábamos todos chorreando. Pensé que eso no era normal. Toqué el aire acondicionado y estaba la calefacción puesta. Una señora de 80 años, con una ola de calor bestial, y la calefacción puesta", ha desvelado Kiko, que también ha reprochado que, mientras tanto, Alejandra y su madre estaban de vacaciones: "Lo único que hice fue tirarme toda la tarde buscando la caldera para que tu abuela no se desintegrara".