Cruz y Raya. El Gordo y el Flaco. Los Morancos... y Rafa y Orestes. Son algunos dúos míticos que han dejado huella y hecho historia en la televisión. Y es que no ha habido nunca rivalidad tan arraigada en el programa como la del concursante sevillano y el burgalés.

Cierto es que antes era imposible que los concursantes se perpetuaran, porque el perdedor del rosco quedaba eliminado y el duelo solo podía repetirse en caso de empate. Ahora tiene la opción de ser repescado en la silla azul y claro: cuando hay concursantes de tanto nivel es realmente difícil que un novato los elimine. Eso sí, otra opción para abandonar el programa es ganar el bote.

Rafa Castaño lo reconoció: "Aquí se acababa la aventura"

Rafa Castaño ha sido sincero al analizar el desenlace de su situación en Pasapalabra A3

El andaluz vio las orejas al lobo desde el principio. "Vaya momento", dijo al enfrentarse este lunes a la silla azul. Había dos posibilidades para que tuviese que despedirse sin ganar el ansiado bote: perder contra un nuevo aspirante o que Orestes se lleve el premio gordo, pues en este caso las reglas marcan que los dos contendientes deben irse. Una norma polémica que se llevó por delante a Javier Dávila.

El burgalés acarició el hito tras batir un récord histórico de aciertos consecutivos sin pasar palabra. Se quedó muy cerca de hacerse con casi dos millones de euros, pero falló la última. Ahí fue cuando Rafa pudo respirar. "El viernes estaba convencido de que aquí se acababa la aventura", ha reconocido después. Estuvo cerca de acabar pero su rivalidad con Orestes continúa.