La vuelta de Jorge Javier Vázquez a Sálvame tras sus vacaciones no ha dejado indiferente a nadie. El presentador, que controla el show televisivo y sabe perfectamente lo que llama a la audiencia, quiere reflotar el programa, que ha marcado la historia de la televisión y que de un tiempo a esta tarde intentan salvar cueste lo que cueste. Su regreso ha sido por todo lo alto dejando helada a la audiencia con sus confesiones.

Llegó al programa en una avioneta, mientras a pie de pista le esperaba Belén Esteban. Llegó con sus gafas de sol, con su sombrero de explorador, con su cantimplora y con un bastón de mando africano, ya que ha pasado sus vacaciones en Botswana. Puro show, puro entretenimiento, puro manejo de la televisión. Jorge Javier Vázquez en estado puro. Pero el regreso de Jorge Javier Vázquez no iba a quedar en un aterrizaje en avioneta y un poco de atrezo, el regreso estaba preparado para devolver a Sálvame la esencia que le convirtió en coloso. Y para ello, el presentador se ha abierto en canal sobre su experiencia vivida en los últimos meses.

Ya en el coche de camino al plató de Sálvame, Jorge Javier Vázquez daba algunas pinceladas de lo que estaba a punto de de ocurrir. Revelaba el año tan complicado que ha vivido y le aseguraba a Belén Esteban que "no sabía que se podía vivir con tanto dolor y tan pocas ganas". "He estado muerto durante un año sentimentalmente, emocionalmente, sin sentir nada", confesaba Jorge, que explicaba que entre otras muchas cosas, lo que fundamentalmente le afectó fue el fallecimiento de Mila Ximénez: "Me dejó totalmente trastocado ¿Sabes lo que ha significado para mí la muerte de Mila? A los 52 años me he hecho adulto". En cuestión de segundos Mila se convirtió en Trending Topic en Twitter y los datos de audiencia de Sálvame veían un rayo de luz.

"Probablemente ha sido uno de los peores años de mi vida por diferentes motivos, por varios que la gente sabe, y también, como le decía a Belén en el coche porque también hemos atravesado una pandemia y yo creo que el efecto ha venido para algunos nos ha venido mucho después. Ha sido con el tiempo cuando me di cuenta de lo que me había tocado. Y luego la desaparición de Mila que para mí ha sido como el horror. Abandonar la adolescencia a los 52 años porque para mí ella como mi punto de locura, esa mujer en la que me refugiaba y que me daba tanta fuerza siempre para seguir adelante y que me aportaba no sólo locura en mi vida sino consejos, cariño, amor... Esa persona con la que siempre quieres estar. Y luego también que a los 52 años me sentía viejo, pero viejo de esto se ha acabado ya y tenemos que aguantar porque ya qué te puede deparar la vida si no te vas a enamorar porque ya eres muy mayor. Esto si lo sientes lo sientes". Hizo probablemente una de las confesiones más duras e íntimas que ha hecho el presentador estoico, contenido, aguantando el tirón, pero... Pero Jorge Javier Vázquez se rompió.

Nuevo libro, una carta de amor a Mila Ximénez

El libro comenzó a escribirse el día que falleció Mila, al menos mentalmente, confesó Jorge Javier. El libro se titula 'Antes del olvido'. "Creo que fue la única herramienta que me sirvió para enfrentarme a su ausencia. Ordenar en mi memoria todos los momentos posibles que había vivido con ella para que el olvido no tuviera la posibilidad de hacer acto de presencia. Su marcha fue el detonante de otras situaciones que me empujaron a transitar estados que me sumieron en la más profunda de las tristezas.Conocí la desgana, la desesperanza, el hastío, el cansancio, pero también otros muchos sentimientos que me han ayudado a transitar el camino", añade el presentador.

Jorge Javier Vázquez relataba también cómo se ha imaginado a su padre y a Mila Ximénez juntos, intentando mandarle un mensaje para valorar la vida y recuperar las ganas de levantarse por las mañanas. Roto de dolor, confesaba haber perdido las ganas de enamorarse, de enfrentarse a nuevos retos por sentir de golpe que había envejecido y esa vida ya no era para él. En su primera página, asegura a sus familiares que, aunque cuente cosas muy duras, el libro tiene un buen final. La única persona que ha podido leerlo en primicia era su hermana, quien le hacía una pregunta muy dura tras leer sus primeras páginas: «Solo me pregunto si eres o has sido alguna vez feliz».

Orgulloso de su libro y de cómo se ha afrontado a esta etapa de su vida, aseguraba con una sonrisa que ahora sí se siente preparado para absolutamente todo y valora lo bien que se vive cuando no se tiene miedo. Finalmente, recordaba la ayuda que ha recibido por parte de profesionales y que tan importante ha sido en su proceso.