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Juegos de Series

El por qué del triunfo de "The Studio" en los Emmy

La sátira producida por Apple centrada en los entresijos de la industria cinematográfica de Hollywood obtuvo casi los mismos galardones que sumaban los obtenidos por sus principales competidoras

Una escena de la serie "The Studio" de Apple con los personajes principales de su reparto.

Una escena de la serie "The Studio" de Apple con los personajes principales de su reparto. / D. I.

José Antonio Martínez Perallón

Tras acaparar hasta trece estatuillas a lo largo de la noche, The Studio se alzó como la gran ganadora de la ceremonia de los Emmy el pasado fin de semana. La sátira producida por Apple centrada en los entresijos de la industria cinematográfica de Hollywood obtuvo casi los mismos galardones que sumaban los obtenidos por sus principales competidoras. Y ello a pesar de que parecía haber una especie de reparto salomónico para que no hubiera plataforma con serie premiada: Netflix triunfaba en la sección de miniseries con Adolescencia; y HBO Max en la de series de drama con The Pitt, mientras que Apple sumó victorias en esta otra categoría con Separación. La suma de premios de todas estas series supera en tan solo una estatuilla a las logradas por The Studio.

Desde hace unos años el palmarés de los Emmy ha logrado una relevancia comparable a la de los Óscar. Y teniendo en cuenta la tendencia de Hollywood a premiar o a tener un especial mimo con aquellas obras que reflejan las bambalinas del séptimo arte, tampoco era de extrañar que esa tendencia se trasladara al mundo de las series. The Studio no se queda en la sátira a los grandes estudios de la Meca del Cine. Es una serie que está hecha desde el cariño y la admiración de un equipo hacia el celuloide y a algunos de sus títulos más emblemáticos, al tiempo que logra hacer reir al espectador a carcajadas. Algunas de las películas sobre las que se hablan son tan conocidas que prácticamente todo el mundo conoce la referencia, en lugar de ser un humor solo para entendidos.

El protagonista y creador de la serie Seth Rogen, junto a su inseparable Evan Goldberg, ha tenido una carrera muy encuadrada en el género del humor. Debutó en la comedia adolescente como protagonista en títulos como Superfumados o Virgen a los cuarenta. Los buenos números de estos títulos en taquilla facilitaron que diera el salto a ponerse detrás de las cámaras pasando a ser uno de los realizadores más relevantes de la conocida como nueva comedia americana, junto a directores como Judd Apatow. No tardaría a expandirse a otros géneros, siendo uno de los productores de series como The Boys y Preacher. En The Studio, no solo produce, sino que es uno de los creadores, guioniza, dirige y protagoniza.

Rogen interpreta en The Studio a Matt Remick, un ambicioso y un tanto narcisista cineasta que acaba de ser nombrado director de unos grandes estudios cinematográficos de Hollywood, Continental. Sin embargo, la industria está más centrada en recaudar el mayor dinero posible que cualquier pretensión artística detrás de sus producciones. "Hacemos películas, no arte". Tras el éxito en cines de Barbie, hubo a quien se le ocurrió la genialidad de llevar a la pantalla otros juegos o productos de Mattel, olvidándose de cuál fue el motivo tras el éxito del blockbuster protagonizado por Margot Robbie. Desde el Cluedo al Monopoly, pasando por los coches de Hot Wheels. En fin. Los protagonistas de The Studio llegan a la cúspide de la productora cuando este prepara el lanzamiento de una franquicia que está llamada a reventar taquillas: Una película protagonizada refresco llamado Kool Aid. Lo habéis leido bien, una película sobre un refresco. Igual se convierte en un taquillazo como Minecraft.

En su ingenuidad, Matt piensa que puede guardar un equilibrio entre arte y creatividad y toca a la puerta de nada más y nada menos que a Martin Scorsese, que se interpreta a sí mismo en la serie. En la trama, el cineasta tiene un proyecto para llevar a la pantalla la masacre de Jonestown, un macabro suceso de la historia norteamericana reciente en el que el líder de un culto, Jim Jones, consiguió que un millar de sus seguidores se suicidaran en masa en la jungla ingiriendo veneno. ¿Adivinan con qué bebida podrían llevar a cabo este plan? ¿Qué podría salir mal?

El buen rollo que inspira la figura de Rogen ha animado a otras celebridades a hacer un cameo en algún episodio de The Studio. Y si sorprendente es la aparición de Martin Scorsese, más lo es la de Ted Sarandos, el presidente de Netflix, competidor directo de Apple. Pero tenemos a más: Ron Howard, Zoe Kravitz, Adam Scott, Charlize Theron o Anthony Starr. Todos ellos para reirse de sí mismos y conscientes del tipo de serie en la que están apareciendo. No todo se limita al rodaje de la película de Kool Aid, sino que estamos ante un gran estudio y los protagonistas deben enfrentarse a complicaciones de todo tipo. Desde el rodaje de un complicadísimo plano secuencia en un episodio rodado con esta técnica, a polémicas derivadas de la cultura de la cancelación, pasando por la asistencia a grandes certámenes o la amenaza de que les quiera absorber una gran plataforma como Amazon.

Hasta en los créditos hay toda una declaración de amor a las películas clásicas, con un toque decididamentre retro a los rótulos con los nombres de los artistas y los títulos de los episodios resaltados con tipografías coloridas y llamativas a ritmo de jazz. La presentación evoca a esos cortos que se proyectaban en la edad de oro de Hollywood como pequeño aperitivo de la película que iba a empezar y que, por ejemplo, a mi me recuerda a los de Tom & Jerry o los Looney Toones, aunque estos eran de animación.

Tuve la desgracia de ver antes La franquicia, la serie en la que HBO Max trataba de parodiar el rodaje de las películas de superhéroes, un título que se convirtió en uno de los primeros fiascos de este año. Si el hecho de recordar este precedente puede desanimar a alguien a subirse a The Studio, ya puede quitarse esa idea de la cabeza, porque la serie de Apple la supera con creces. De hecho, es segura una segunda temporada The Studio, mientras que La franquicia ya es historia y está cancelada.

Diez episodios de cerca de media hora de duración en los que la acción es trepidante y aquellos que conocen otros títulos de Rogen ya pueden esperar qué tipo de humor se van a encontrar. The Studio ha sido la serie que este año ha vuelto a dejar sin premio a The Bear, otra serie que inexplicablemente sigue optando a competir en el apartado de mejor serie de comedia. Aunque tampoco podemos obviar el ninguneo a The White Lotus o a The Last of Us. The Studio no solo reivindica la comedia clásica, sino que también nos recuerda que en estos tiempos en los que el mundo parece haberse vuelto loco, no hay nada mejor que el humor para sobrellevarlo todo mejor.

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