Daniel Grao (Sabadell, 1976) ha trabajado en infinidad de series ('La Catedral del Mar', 'Gigantes', 'Perdida', 'Promesas de arena'...), pero en ninguna como en 'HIT' se había emocionado tanto con el 'feedback' recibido por parte del público. Sobre todo, porque viene de jóvenes o padres a los que ha ayudado el modo de entender la educación (y la vida) del protagonista de la serie de TVE-1.

¿Cree que la serie necesitaba el cambio de aires (de ubicación y de personajes) que ha vivido en esta segunda temporada? 

Era vital, porque si no tenías la sensación de estar estirando el chicle. Entiendo que se le tuviera cariño al anterior grupo de chicos, pero la temporada ya acabó resolviendo la mayoría de casos. Y al irnos a otra realidad, a una España más rural, HIT está más incómodo y tiene que empatizar con gente nueva. 

Su personaje ayuda a los chicos, pero él sigue teniendo debilidades. ¿Eso le hace más próximo? 

Lo que más me gusta del personaje es que no es un superhéroe, no es infalible. Él cae, tropieza, tienes áreas por trabajar, es imperfecto... Pero se arremanga y hace el trabajo a la par que los alumnos, y eso es muy bonito. Además, en esta segunda temporada vemos a un HIT más frágil, más vulnerable, sus métodos en esta nueva realidad no sirven y contacta con la sensación de fracaso. Ha sido bonito añadirle esa capa de mayor vulnerabilidad.

¿Ve cosas de su yo adolescente en los alumnos que tiene HIT? 

Yo viví una adolescencia complicada, sobre todo familiarmente, con un contexto que no fue fácil, aunque bastante más serena por mi parte. Pero siempre te puedes sentir identificado con alguno.

¿En su caso, con cuál? 

Jacobo, que tiene un déficit de atención. Ese no era mi caso, pero sí hay algo en su personalidad que he visto en mí, porque yo era muy tímido y tenía ciertos complejos. Pero mi adolescencia, en agresividad y comportamiento, fue mucho más tranquila. Luego, lo que sí que me asombra si me comparo no con los personajes, sino con los actores, es que me recuerdo a mis 16 años mucho más inocentón. 

La generación actual va adelantada a las anteriores, pasa antes de etapa.

Yo les veo la cabeza muy bien amueblada. Hasta el más inseguro te lo expresa de una manera muy hábil y piensas: ¡Ya me hubiera gustado a mí tenerlo tan claro! También me he dado cuenta de la tendencia al ninguneo a los jóvenes, sobre todo cuando están en grupo. Lógicamente pueden hacer el bobo, porque tienen 15 o 16 años, pero luego tienes conversaciones con ellos, cambian el tono y te das cuenta de lo que tienen que ofrecer y de su predisposición admirable. A mí mismo me ha servido para darme un toque de atención y decir: vamos a tratarles con respeto.

Usted, además, es padre de un preadolescente.

El mayor tiene 13 años, se acerca peligrosamente a la adolescencia.

¿Le da vértigo?

Mucho. Intentas estar encima, preguntar si tiene deberes, y me he dado cuenta de que empieza a haber cierta incomodidad. Creo que hay que ir actualizándose como padre todo el rato, porque a veces nos seguimos viendo tratados por nuestros progenitores como si fuéramos unos chavalines y no, la relación tiene que ir mutando porque hay que ir delegando y confiando, aunque mirando de reojo.

¿Recomienda 'HIT', sobre todo, para verla con los hijos?

Totalmente. De hecho, de los 'feedbacks' que recibo con HIT hay dos aspectos que me emocionan mucho que no me habían pasado antes con otras series: bastantes jóvenes que me han mandado mensajes privados diciéndome que estaban ingresados pasando por una adicción y que me agradecen lo que le HIT les está ayudando. Y muchos padres que se acercan a decirme que tienen hijos adolescentes y que no encuentran cómo acercarse a ellos, pero que viendo la serie se ha suscitado un debate entre ellos. A veces ni siquiera lo hablan, pero se miran de reojo y se entienden mejor el uno al otro. HIT es un poco eso, un personaje bisagra entre dos generaciones.

Les ayuda a entender al otro.

Sí. En muchos temas no te va a dar soluciones, ojalá una serie las pudiera dar, pero por lo menos lo muestra. Parte de la solución de un problema es tomar conciencia de que lo tienes, y la serie hasta ahí llega, porque hace que un chaval entienda a su padre o al revés. La serie no alecciona, sino que muestra realidades donde te puedes sentir identificado y te las hace vivir desde un lado o del otro. Luego, con problemas más graves, la solución te la va a dar que tú te pongas a trabajar en ello y busques ayuda.

¿Ve la serie con sus hijos?

El pequeño tiene 8 años y creo que todavía tiene que esperar un poquito para verla, aunque ha participado en un capítulo.

¿De verdad?

Tuvo una pequeña participación en esta segunda temporada, en una especie de motín que hay en una fábrica. El mayor también apareció en la primera temporada.

¿Cuándo?

En un capítulo en el que había una especie de ensoñación en la que HIT se veía con 11 años. Joaquín Oristrell, el director, me dijo que no encontrarían a nadie más parecido a mí que mi hijo, así que se lo pregunté y me dijo que sí. Fue una cosa de un día y ni siquiera ha visto la escena.

¿Por qué?

Es que se le hace muy raro que su padre sea HIT. Dice que ya la verá en otro momento.

Le van a salir actores.

No creo.... Aunque nunca se sabe, porque yo a su edad tampoco parecía que me iba a dedicar a esto.