Leticia Dolera ya hizo que en su ópera prima como directora, 'Requisitos para ser una persona normal', el espectador se planteara por qué nos dejábamos arrastrar por lo que la sociedad había decidido que debíamos conseguir para considerarnos felices. La actriz y realizadora volvió a profundizar en el tema en 'Vida perfecta', su primer título como 'showrunner' televisiva, en el que presentaba a tres chicas en crisis porque no se ajustaban a lo que se esperaba para el estándar de una mujer adulta. Ahora, la directora cierra el viaje de este tridente femenino con el estreno este viernes 19 de noviembre en Movistar+ de la segunda y última temporada de la serie, premiada con dos galardones en el festival CanneSeries, un Fotogramas de Plata, dos Feroz y un Ondas.

La infidelidad, el amor en tiempos de Tinder, la masturbación femenina, las dificultades para la conciliación, las sesiones de terapia, la paternidad cuando tienes una discapacidad y los sinsabores de la maternidad son algunos de los temas que van brotando con naturalidad en estos seis nuevos episodios, donde la protagonista, María (Dolera), se enfrenta a una depresión postparto. "En la primera temporada, a María la deja su pareja y se rompe su idea de vida perfecta y de familia, pero le pasan tantas cosas después que no le da tiempo a pasar el duelo de esa historia. Y ahora, de repente, se encuentra con una maternidad que no es como ella había planeado", reflexiona la directora sobre la evolución de su personaje.

"María se siente desconectada de su hijo en un contexto social y cultural en el que lo que se comunica en torno a la maternidad es que te cambia la vida para bien, que una buena madre tiene que estar entregada a su hijo y que es casi pecado no quererle, cuando por ahí pasan muchas mujeres", recalca la creadora, que ha fichado a Lucía Alemany (‘La inocencia’) e Irene Moray (‘Suc de síndria’, Goya al cortometraje de ficción) para dirigir un episodio cada una.

"Cuestionar el sistema"

Su amiga Cris (Celia Freijeiro) y su hermana Esther (Aixa Villagrán) también tienen sus propios dilemas. La primera, porque la relación abierta con su marido (Font García) podría hacer aguas y la segunda, porque duda entre cumplir con la vida ordenada que se le exige a una mujer que ha llegado a los 40 o ser fiel a su espíritu libre y caótico. "A mí esta serie me ha hecho reflexionar mucho sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre hasta qué punto funcionamos de una manera porque el sistema nos está diciendo que hay que hacerlo así, y no por una cosa natural", explica Villagrán. "'Vida perfecta' es una serie que cuestiona el sistema, los dogmas, y eso te hace reflexionar", añade Freijeiro.

"Si bien cada personaje tiene su propio arco y se le remueven ciertas cosas, sí que hay una trama común que es qué lugar ocupan en esta nueva vida la pareja y las relaciones sexoafectivas. Porque creo que el viaje de la pareja, de la intimidad y de la sexoafectividad es un terreno muy fértil para el autoconocimiento y el trabajo personal", explica Dolera, cuyo personaje asiste este año a sesiones con una terapeuta (Betsy Túrnez). "Yo misma empecé una terapia hace cuatro años y, para mí, es un lugar de trabajo personal y autoconocimiento", reconoce.

El desnudo femenino

La serie también rompe tabús a la hora de abordar el desnudo femenino. Dolera, por ejemplo, tiene una escena mirándose la vulva con un espejo después de haber sido madre y Villagrán, una extensa secuencia sin nada de ropa de cintura para abajo. "En el caso de la escena de Esther no se trata del viaje íntimo de conexión con tu propia vulva que tiene María, sino que lo que me apetecía mucho era normalizar nuestro cuerpo, mostrar un cuerpo de mujer alejándolo de la sexualización, del erotismo y del deseo", afirma la directora, que firma el guion de la serie junto a Manuel Burque, que también repite con el personaje del asistente social Xosé.

Enric Auquer, que conquistó el Ondas por su papel del tierno Gari; Carmen Machi y Fernando Colomo, que dan vida a los padres de María, y Míriam Iscla, como la nueva novia de Esther, completan el reparto de una serie que reivindica a las mujeres imperfectas (y por tanto, reales) y que nos recuerda que la vida no a va a dejar nunca de darnos la vuelta.