Se llama Ana Sophia Botha y ha sido decisiva para que Wayde van Niekerk batiera el récord mundial de los 400 metros. El velocista sudafricano sorprendió este domingo rompiendo una marca histórica que el estadounidense Michael Johnson había ostentado durante 17 años y cruzó la línea de meta en 43,03 segundos para ganar el oro. Todo gracias a su entrenadora... de 74 años.

El nuevo plusmarquista conoció a Botha en 2012 y desde entonces su carrera no ha dejado de crecer. La edad jamás fue un obstáculo. «Estoy muy feliz porque no tengo ningún problema de salud y es porque estoy ocupado con los jóvenes», dijo Botha, quien fue velocista y saltadora de longitud en su apogeo en los años 50 y 60. Además, es cinco veces bisabuela. Todo un ejemplo de longevidad.