El torneo de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos cuenta con el condicionante de no poder incluir a más de tres jugadores mayores de 23 años -24 en esta ocasión por el aplazamiento debido a la pandemia del coronavirus-, pero aun así en las listas de las 16 selecciones clasificadas aparecen cinco estrellas que destacan por encima del resto por diferentes motivos.

Pedro González, 'Pedri' (FC Barcelona, 2002)

18 años y galardonado como mejor futbolista joven de la Eurocopa. Cuando pones su mote, por el que todo el planeta futbolístico le conoce, en Google, el famoso buscador ya no te corrige a “Pedro”. La marca “Pedri” ya es reconocida en el viejo continente y ahora busca hacer lo propio al resto del mundo desde Japón.

Su visión de juego, buen trato con el balón y despliegue físico para ayudar en la recuperación alta de la pelota, algo que no se le presupone para su delgado físico aún en construcción, le hacen ser el futbolista más valioso del torneo con 70 millones de euros de valoración, según el portal especializado Transfermarkt.

Dani Alves (Sao Paulo, 1983)

Alves, en partido con la selección brasileña. EFE

19 años le saca otro futbolista que acaparará los focos en Japón. Dani Alves cumplirá su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos en la etapa final de su carrera, con el objetivo de seguir ampliando un palmarés en el que, entre clubes y selecciones, cuenta con 43 títulos; el que más trofeos ha levantado en toda la historia.

Lejos de sus mejores años, sobre todo en su etapa en el FC Barcelona, volvió a su país, al Sao Paulo para alargar su trayectoria y rebajar la presión del día a día. Aunque la exigencia se la pone él: “Espero poder alcanzar los 50 títulos antes de retirarme, y espero que esa cifra incluya el Mundial", comentó en declaraciones a la web de la FIFA, entidad organizadora de la competición futbolística en los Juegos Olímpicos.

Franck Kessié (Milan, 1996)

El futbolista africano con mayor valor de mercado de toda la competición. Según el portal especializado Transfermarkt, 55 millones de euros, el valor más alto de toda su carrera deportiva tras una temporada en la que ha sido un fijo para Pioli en el centro del campo de un Milan que vuelve a estar en ‘Champions’ tras años de dura travesía por el desierto.

14 goles, 6 asistencias y un experto desde el punto de penalti. ‘Baja’ de la absoluta, con la que ya ha disputado 44 encuentros, para liderar a los suyos en busca de una medalla de oro a la que las selecciones africanas son favoritas. En siete torneos ya con la normativa sub-21, Camerún y Nigeria saben lo que es ganar.

Takefusa Kubo (Real Madrid, 2001)

Un cambio de nivel que también busca la estrella local Takefusa Kubo. Aunque ya en un grande como el Real Madrid, ha encadenado cesión tras cesión y la última temporada fue difícil para él después de no contar con regularidad, primero en el Villarreal y en la segunda parte del año en el Getafe. Juega en casa y las esperanzas niponas pasan por sus botas, como las de relanzar su carrera.

El hecho de que el Real Madrid le deje participar en los Juegos Olímpicos es una señal de que espera volver a cederle de cara al próximo curso, porque al resto de implicados, como los brasileños Vinicius Junior y Rodrygo no les ha liberado -sí lo ha hecho, bajo obligación por decreto ley, a los españoles-. Y este puede ser un torneo para que equipos de más nivel, a los que les guste tener el balón en un estilo que favorece a sus características, se interesen en él.

Diego Laínez (Real Betis, 2000)

Con la Copa Oro en curso, México no cuenta con grandes estrellas en sus filas, pero sí con un Diego Laínez en el que los aficionados aztecas, y verdiblancos, tienen puestas muchas esperanzas para el futuro. En la capital andaluza acabó bien la temporada, siendo importante para el chileno Manuel Pellegrini en un equipo que se clasificó para la Liga Europa.

El club le dejó marchar a Japón para que continúe con su revalorización -ha bajado de los 14 millones que pagó el Betis por sus servicios en enero de 2019 a los 8 actuales- y con la esperanza de que llegue en forma para una temporada dura con tres competiciones. Extremo izquierdo, aunque puede jugar también por derecha, con un potente tren inferior a pesar de sus 1,67 metros de altura, encarador y con la pelota siempre pegada al pie. Con 21 años, su adaptación a Europa va cogiendo forma y un buen papel en los Juegos Olímpicos le llenaría de confianza para el futuro.

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