JUEGOS PARALÍMPICOS

Ricardo Ten, protagonista en la inauguración de los Juegos Paralímpicos

El ciclista valenciano fue el abanderado junto a la nadadora canaria Michelle Alonso

Ricardo Ten, junto a la también abanderada Michelle Alonso

Ricardo Ten, junto a la también abanderada Michelle Alonso / EFE

Julián Lafuente

Si hay un evento deportivo que refleje como ninguno los valores del respeto y la solidaridad entre los pueblos son los Juegos Olímpicos. En el caso de los Juegos Paralímpicos, esto se multiplica porque se le añade un componente mucho más emocional, de superación. Con ese espíritu y bajo el lema ‘Tenemos alas’ arrancó este martes en Tokio los 16º Juegos Paralímpicos. Desplegando sus alas y despegando, como se representó en una ceremonia de inauguración espectacular, con un importante despliegue de luz y sonido pero, por desgracia, sin público que le da calor a estos acontecimientos. Como ocurrirá durante las casi dos semanas de deporte y espectáculo que quedan por delante.

Se trata de, posiblemente, los Juegos Paralímpicos más extraños de la historia, pero teniendo en cuenta lo que ha acontecido, seguramente serán también los más importantes porque suponen la confirmación de que el deporte no se rinde y es capaz de sobreponerse a todo.

Una edición que llega con retraso, pero también con récord. 4.510 deportistas procedentes de 163 países. Casi 200 participantes más que en Rio de Janeiro. De ellos 2.618 son hombres (58%) y 1.892 mujeres (42%), con lo que se bate también el número de mujeres en los Juegos Paralímpicos con mayor paridad de género de la historia. Ha tardado un año en arrancar, pero a nivel deportivo prometen como ninguno.

A las 20:00 de Tokio arrancó la ceremonia de inauguración de esta edición. Casi de tres horas de espectáculo de luces, sonido y, sobre todo, deportistas y emociones a flor de piel. ‘We have wings’ (Tenemos alas) era el lema elegido por el Comité Paralímpico Internacional para esta edición. Un lema que refleja lo que representan los 4.510 deportistas que competirán en las 22 disciplinas que componen el programa oficial.

Al frente de la delegación española, que desfiló en la posición número 72, uno de los grandes deportistas paralímpicos nacionales de la historia: el valenciano Ricardo Ten. Siete veces medallista olímpico en cinco Juegos diferentes y a punto de debutar como ciclista en sus sextos. Junto al valenciano, la nadadora canaria Michelle Alonso, doble campeona olímpica en Londres y Rio. Tras ellos, los deportistas de la delegación española. El reto en la comitiva nacional es claro: superar las 31 medallas conseguidas en Rio de Janeiro. Y entre ellos, los componentes valencianos de esta edición. Dieciséis deportistas, todos ellos integrantes del Proyecto FER, impulsado por la Fundación Trinidad Alfonso que preside Juan Roig, que buscan loa gloria en el país del sol naciente.

Se trata de unos Juegos Paralímpicos con un importante componente social que ha venido dado por dos motivos. Por un lado, por la participación femenina. La organización ha querido sacar pecho y destacar que estos deben ser más que nunca los Juegos Paralímpicos de las mujeres. Los Juegos de Tokio 2020 continuarán con el impulso al deporte femenino porque batirán el récord histórico de paralímpicas (1.892). Ello se acompaña con la sugerencia del Comité Paralímpico Internacional de que, al igual que ocurrió con los Juegos Olímpicos, una mujer y un hombre porten la bandera de sus países en la ceremonia de inauguración.

El segundo de los momentos emotivos vino de la mano de la bandera de Afganistán. Pese a que no cuenta con ningún deportista a causa de los acontecimientos que se están produciendo en aquel país, en solidaridad con el pueblo afgano, desfiló su bandera: “Incluiremos la bandera de Afganistán en la ceremonia en señal de solidaridad y hemos invitado al representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados aquí para que actúe como abanderado", indicó el presidente del Comité Paralímpico Internacional Andrew Parsons. “Es importante resaltar que es un mensaje de solidaridad y paz que enviamos al mundo”, concluía.