Horas después de conseguir la primera medalla para los deportistas valencianos y para el Proyecto FER, Kim López no puede quitarse la sonrisa de los ojos. Asimilando todavía su actuación del sábado, el nuevo récord del mundo, el valenciano se presenta en la zona mixta de la Villa Paralímpica con la medalla de oro en la mano y acompañado de su amigo Héctor Cabrera, inseparables tanto en València como en Tokio.

Kim afrontaba la competición como vigente campeón paralímpico y ostentaba ya el récord del mundo en su disciplina. Era el claro favorito, pero a veces la presión es demasiado fuerte. Eso le paso en los primeros lanzamientos. Pero consiguió sacudirse esa presión para convertirla en rabia y motivación. En fuego. Ha atravesado un momento complicado, una lesión importante, y todo eso salió a relucir en un momento: récord del mundo y medalla de oro para certificar que es el mejor lanzador paralímpico de peso del momento.

¿Cómo está ahora mismo? ¿Lo ha digerido ya?

Voy asimilándolo poco a poco. Había entrenado bastante duro para el día y ha salido a pedir de boca. Poco a poco, conforme pasan las horas, sí soy más consciente de que ya tengo la medalla en la mano, lo que tanto he deseado estos últimos meses. Han sido muy duros, ya comentaba que ha sido el ciclo de entrenamientos más duro que he tenido que hacer, ha supuesto un desgaste muy grande, pero luego tienes esta medalla al cuello y sabes que ha valido la pena.

Al terminar estaba muy emocionado…

Me emociono porque ha sido muy largo este camino. Hemos pasado una pandemia con un encierro en que hemos seguido trabajando lo que pudimos, a nivel personal he atravesado momentos complicados, he tenido una lesión muy importante. Yo creo que todo esto, al final, me ha hecho más fuerte, gracias a estas dificultades he mejorado mucho en mi concentración y en mi trabajo diario. Al ir saliendo de todo esto, me he encontrado físicamente bien y, mentalmente, fortísimo.

"Ha sido muy largo este camino. Hemos pasado una pandemia y a nivel personal he atravesado momentos complicados, he tenido una lesión muy importante. Yo creo que todo esto, al final, me ha hecho más fuerte"

Kim López - Atleta paralímpico

¿En la competición le costó un poco encontrar esa puesta a punto mental?

Sí, es verdad que al principio salí con alguna duda, muy tensionado. Ansiaba mucho llegar aquí y demostrar lo que podía hacer.

Al margen de conseguir la medalla, ¿qué distancia tenía en mente conseguir? ¿Con qué distancia estaba seguro de ganar?

MI objetivo era siempre lanzar más lejos de los 17 metros. Sabía que yo sacaba ese lanzamiento, que lo tenía, la medalla de oro no se podía escapar. Al final ha sido por poco, solo cuatro centímetros, justito, pero es lo que perseguíamos y estoy súper contento.

Competir siendo el claro favorito, campeón paralímpico, récord del mundo. ¿Motiva y supone una presión?

Cuando empiezo una competición, como aquí en Tokio por ejemplo, en principio voy con confianza. Sé que tengo el lanzamiento más largo del ranking, pero a la vez nunca sabes si los rivales tienen esas marcas o, realmente, luego van a salir al estadio y van a salirse y lanzar más lejos. La presión también la noto cuando hablas con la gente, a veces dan por hecha la medalla, o la victoria, pero luego hay que venir y competir. No es tan fácil como parece, tienes los nervios a flor de piel y puede pasar cualquier cosa. Esta vez ha salido bien y doy gracias, pero sí que venía un poco presionado.

Le quedan fuerzas para muchos años, ¿no?

Sí, ojalá siga habiendo Kim López para rato. Sigo teniendo hambre, muchas ganas y estoy súper motivado. Ahora mismo pienso en descansar, disfrutar de la medalla y tener algo de vacaciones, pero en el horizonte está ya el seguir mejorando y trabajando para estar en París 2024. Quiero empezar la temporada pronto.

Y el siguiente objetivo es…

Lanzar por encima de los 18 metros.

Eso son palabras mayores, ¿no? Casi un metro más de lo que lanzó el otro día, que ya fue récord del mundo…

Bueno, creo que estoy capacitado. Uno de los objetivos de este año era el de pasar de los 18 entrenando, luego otra cosa es la competición, pero entrenando ése era el objetivo. Y aquí en Tokio he conseguido pasar. Yo pienso que para el año que viene si no llego, al menos espero quedarme muy cerca en competición.

Con dos oros paralímpicos y el récord del mundo es el gran dominador de la disciplina. ¿Cómo afronta el ciclo hasta París? ¿Asoma algún rival que le pueda hacer sombra?

Bueno, yo afronto este ciclo con un objetivo claro, que es el de pasar de los 18 metros y ser muy competitivo. Ahora mismo hay algún rival bastante fuerte y, sobre todo, en el mundo paralímpico nunca sabes quién va a salir. Parece que no hay nadie y, de repente, surge alguien joven que destaca y se sale. Eso puede pasar de un día para otro. No sé quién vendrá ni si los que están ahora conmigo compitiendo va a mejorar, lo que tengo claro es que yo sí que voy a mejorar aún más.

¿De quién se acuerda ahora mismo? ¿A quién le dedica esta medalla de oro?

Pues me acuerdo de mi madre, de mis hermanos, de mis amigos… los que me han visto preparar estos Juegos con una ilusión enorme y contra todas las dificultades que hemos tenido. Todos a la vez seguro que han hecho fuerza. A Juan Roig y al Proyecto FER. Gracias a este apoyo de la Fundación Trinidad Alfonso, sin el que yo no estaría aquí, en otros Juegos Paralímpicos, seguramente hubiera tirado la toalla. Ha sido un empujón enorme. También a todo el mundo que, aunque no me conociera, ha pensado en mí y ha hecho fuerza para que consiga esta medalla.

Hablando del Proyecto FER, sus compañeros tuvieron casi a la misma hora una mañana casi redonda.

Fue increíble. Hay mucho talento en la Comunitat Valenciana y estos resultados lo demuestran. Me alegro mucho por Héctor y Ricardo y ojalá que lleguen todavía más medallas para poder llevarlas a València y celebrarlo juntos.

Dice que en los últimos meses, las dificultades le han hecho más fuerte. ¿Cuál es el secreto de ese nuevo Kim?

El nuevo Kim ha madurado mucho, por cosas ajenas al deporte me ha tocado madurar de otra manera, centrarme y la cuarentena por la pandemia también empujó en ese sentido. Tuve que entrenar el doble, más que nunca. Había que hacer otro tipo de trabajo. Disfruté de ese proceso y pensé: ‘si me gusta trabajar en casa, cuando salga fuera hay que explotar al máximo’. He trabajado muchas horas, he entrenado mañana y tarde, sin descanso, y he disfrutado como un niño haciendo eso. Tengo una vida nueva que me gusta mucho.

¿Cómo lo va a celebrar cuando llegue a València?

Pues la verdad que no lo sé. Lo único que sí tengo pensado es descansar cuando llegue porque estoy muy agotado. Estuvimos dos semanas encerrados en el Centro de Alto Rendimiento, en una burbuja, e incluso, antes, sin ver a familiares y amigos por no contagiarnos y fastidiar el trabajo de tantos meses. Hemos llegado aquí a la Villa Paralímpica y hemos seguido encerrados… Tengo ganas de ver a mi gente, de descansa, desconectar».