Hasta ahora han sido todo mensajes, amagos y declaraciones más o menos afortunadas, pero esto se acaba. Realmente se acabó el día de la comida de presidentes en Morella. Se acerca la hora de que el IVF y la Generalitat Valenciana anuncien si están al lado del Valencia CF en su lucha contra una sanción que considera injusta, como así parece que va a ser, o no. Desconozco qué interés podría tener el Instituto Valenciano de Finanzas en que el Valencia deposite más de 23 millones de euros en una cuenta que ni él ni nadie podrá utilizar hasta que se resuelva el recurso presentado por el club, entre dos y tres años dicen los expertos, porque así a simple vista parece absurdo y más cuando estás tratando con un cliente de los que pagan. No como antes. Mientras ese dinero no sirva para contratar profesores, médicos y enfermeros o enfermeras, como decía Johan Cruyff, los millones mejor en el campo que en el banco. En realidad, si el Valencia CF y la Generalitat fueran de la mano en muchas cosas, como tirar de la manta y denunciar a los auténticos responsables de este lío, conseguirían más beneficios para los ciudadanos que si acaban rompiendo relaciones.

Más artículos de opinión de Julián Montoro, aquí.