Dijo Vladimir Nabokov que el trabajo de portero es como el de un mártir condenado a redimirse por los goles que encaja. El escritor ruso, que hizo sus pinitos bajo palos en la universidad de Cambridge, fue de los primeros en darse cuenta de que las paradas se olvidan antes que los errores.Ya nadie recuerda que la última vez que el Madrid pisó Mestalla, el bueno de Jaume Doménech había encadenado casi tres partidos a cero. Tal vez el último episodio feliz antes de la hecatombe, cuando el equipo hacía de dique para la crisis institucional que ya había reventado. No lo supimos en el momento, pero todo cambió aquel 15 de diciembre cuando Courtois subió para rematar un córner en el 95'. El meta belga ganó el salto y Benzema remachó el 1-1.

El flashback viene a cuento de que fue el primer gol que encajaba el de Almenara desde la lesión original de Cillessen contra el Levante. Nada ha vuelto a ser igual. Hay que remontarse a entonces para encontrar otro periodo sin debate, señal inequívoca de las dudas en la posición donde menos debería haberlas. Aunque nadie le niega sus reflejos, Jaume ha ido alternando buenos partidos con otros peores. Después del Madrid, su tic de las manos mal puestas contra el Valladolid resucitó los fantasmas de golpe. Y cuando 2020 ya prometía emociones fuertes llegó el gol olímpico de Kroos. De ahí a la montaña rusa y no por Nabokov. Celades volvió al holandés, Voro se pasó al valenciano y ayer se disipó la duda de si Javi Gracia repetiría.

Las inoportunas lesiones de Cillessen en momentos clave son constantes. Un problema que viene de largo y para el que sin patrón deportivo, como con tantos otros, no ha habido solución. Da apuro recordarlo con lo que no ha pasado con los fichajes, pero en equipos como este Valencia que sufre tanto y en el que hasta en las victorias hay veces en las que el mejor es Jaume, conviene no quitarle ojo a una posición en la que Cillessen aún tiene que demostrar que es el mejor de los dos.

También los dos, tanto Cillessen a sus 31 como Jaume a sus 30 recién cumplidos (felicidades), tienen que demostrar que son mejores que Reina, el guardameta con más años esta semana en una jornada de Champions en la que con permiso de Ter Stegen el protagonismo recayó en jóvenes que ya quisiera Meriton para su Youth Policy. Nescheret (18) jugó en el Camp Nou su segundo partido como profesional, Safonov (21) mantuvo en pie al Krasnodar ante la avalancha del Sevilla y Henderson (23), aunque se tragó un gol en Estambul, le está discutiendo el puesto a De Gea. Ya se sabe que el mejor escribiente hace un borrón y el mejor portero alguna garba.

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