Lo fió todo el Valencia CF a que el Atlético no marcara en Mestalla y hasta lo consiguió, aunque ni siquiera eso le valió para empatar el partido por la desafortunada jugada de Lato, que sin quererlo les hizo el gol que ellos habían sido incapaces de anotar. Hasta ahí bien porque es una realidad que el equipo recibe demasiados goles, y eso que Jaume es uno de los porteros con más paradas. Además, mantener la portería a cero tampoco era esta vez ninguna quimera, Simeone venía sin Diego Costa, sin Luis Suárez y, de regalo, hacía un favor dejando fuera a Joao Félix.

A partir de ahí el equipo de Gracia entregó el campo, el balón, se plantó atrás, corrió y peleó a la espera de una oportunidad que nunca llegó. El planteamiento fue una especie de reconocimiento tácito de inferioridad que pudo salir bien si por eso entendemos un empate a cero, porque vimos uno de los partidos que más lejos estuvo de ganar el Valencia. Luego, también hubo mala suerte y es algo que se viene repitiendo desde que arrancó la temporada. Si eliminamos los goles en propia portería y los que entraron después de rechaces y rebotes involuntarios, tendría algunos puntos más en la clasificación. Parecía haberse enganchado el Valencia CFa LaLiga, llegó a estar a tiro de piedra de Europa después de golear al Madrid, pero este resultado después de no haber ganado en Vitoria lo devuelven a tierra de nadie, de nada.

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