En un partido puede pasar cualquier cosa pero después de toda una primera vuelta la clasificación de La Liga engaña poco y es la que muestra lo que son dos equipos, y así de entrada ver la posición del Atlético y la del Valencia produce auténtica vergüenza. Pero se puede ir todavía más allá porque después de esos primeros 19 partidos la clasificación también refleja la diferencia abismal entre lo que son los dos clubes, entre un proyecto que crece y evoluciona de manera lógica, asentado desde hace años en la élite, y otro que no tiene pies ni cabeza y va dando bandazos en función de lo que se le ocurra a su máximo accionista.

Una comparación que duele y mucho en el valencianismo porque su club, haciendo la cosas medianamente bien, era el tercero más fuerte del fútbol español y a poco que se resfriaran los de arriba les ganaba Ligas y Copas. Estarán pensando en el club rojiblanco que de buena se libraron cuando decidieron echar atrás la entrada de Peter Lim, que de hecho antes de aterrizar en el Valencia CF llegó a prestar dinero al Atlético de Madrid en un momento de dificultad, que posteriormente le devolvieron.

Bailando con lobos

Pero no solo la clasificación dice cosas, hablemos de Kondogbia y de Lucas Torreira. Hace poco más de dos meses, y con el mercado ya cerrado, el Valencia CF no pudo impedir que el Atlético se llevara a Geoffrey Kondogbia, dejando el centro del campo bajo mínimos como ahora veremos. Ahora, mercado de invierno, resulta que al Valencia le vendría bien la cesión de Torreira, centrocampista que tiene el Atlético cedido por le Arsenal y que apenas entra en los planes de Simeone. En realidad, el técnico argentino los tiene porque se lo puede permitir, no porque le hagan demasiada falta, pero es lo que hay. Y el Valencia, por mucho que lo está intentando, no puede llevarse a Torreira.

El resultado de todo este destarifo es que hoy el equipo se presenta en el Wanda Metropolitano con solo dos futbolistas que pueden jugar en el centro del campo con garantías, Soler y Racic, y ninguno de los dos jugaría si esto fuera una plantilla normal porque están al límite en el aspecto físico. Pero en este Valencia CF casi nada es normal, clama al cielo la confección de la plantilla, que no hubiera un solo refuerzo en verano a pesar de todos los jugadores que se fueron y que estemos a 24 de enero y no hayan traído siquiera un jugador para tapar una carencia tan evidente en el centro del campo. Dicen que los jugadores son caros y no hay dinero, muchísimo más caro puede salir que pasen dos o tres meses y el equipo siga bailando con lobos.