10/02/2021

Camino despejado

Sin miedo al que dirán ni a que nadie se soliviante

Camino despejado

Camino despejado

Rafa Marín

Rafa Marín

Morales no necesitó ni un cuarto de hora para resolver cualquier posible renuncio en el hilo argumental sobre su renovación, una película que no sólo ha terminado con beso sino que además ha sido de tornillo. En su comparecencia ante los medios, el Comandante habló de ese inolvidable final con naturalidad y de manera desacomplejada, tal y como suele hacerlo siempre. Es decir, sin miedo al qué dirán ni atendiendo a lo que suponía que tenía que decir de cara a la galería para no molestar ni soliviantar a nadie. Fue un acto de libertad, incluso más bien de liberación. Y se lo tiene que agradecer por siempre al club, responsable directo de que no vaya a necesitar besarse el escudo ni cantar el himno todos los días para confirmar su lealtad. No es poca cosa tras la escalada de tensión que se produjo. Precisamente por eso se difundió el vídeo con sus compañeros, cuya potencia emocional es tremenda.

Lágrimas no, estrategia

Como protagonista capital del exitoso relato de los últimos tiempos, Morales está feliz porque seguirá siendo el motor granota. Lo que él quería era eso, no transformarse en un secundario de tres al cuarto no se sabe dónde ni a cambio de qué. Ahora bien, nadie en su sano juicio se creerá que las estrategias de Quico Catalán sean más simples que un botijo, como cuando se vende que lo ocurrido ha sido la reacción a unas lágrimas. Afrontar las semifinales de la Copa del Rey sin minas que pusiesen a prueba al vestuario y al entrenador es el auténtico motivo que empujó al presidente a hacer de tripas corazón y cerrar en unas horas lo que bien podía haber saltado por los aires en otro calentón. Además de merecida, que eso nadie lo va a poner en duda, el acuerdo con el capitán es una decisión inteligente, en especial porque refuerza la credibilidad de un proyecto al que solo le queda la confirmación de la dirección deportiva. Y es que, aunque las diferencias entre ambos casos saltan a la vista, ese es otro punto de intranquilidad que se quiera o no afecta a todos, también a los futbolistas.

Apostar en granota, pero fuerte

Igual que con Morales, tampoco nadie en su sano juicio pensará que Quico esté pensando en deshacer lo que él mismo hizo y tan bien ha resultado, aun más en vistas de que la duda razonable respecto a si Manolo Salvador y David Navarro serían capaces de trabajar en equipo se ha disipado con creces. La cuestión, sin embargo, no es si continuarán, que sería un delito que no. Importa saber cómo de fuerte va a ser la apuesta por un modelo deportivo que puede confirmar de manera definitiva el jaque a la historia de un club como el Levante, en su mejor momento y aspirando a todo.