Luis Enrique genera muchas dudas

La alegría dura poco en casa del pobre. Los tiempos en los que los españoles dormíamos tranquilos pensando que la Roja estaba en buenas manos han pasado

GAUDEN VILLAS

La alegría dura poco en casa del pobre. Los tiempos en los que los españoles dormíamos tranquilos pensando que la Roja estaba en buenas manos han pasado. A nadie se le ocurría poner en cuestión la valía de Aragonés o Del Bosque. Podías no entender el recurso puntual a este o aquel futbolista, pero el mensaje global era aceptado unánimemente. En cambio, Luis Enrique va sembrando minas por donde pasa, convencido de que de fútbol sabe más que nadie. Así era Clemente, que fracasó como tantos otros a los mandos de la Roja. Y aquella maldición parece que continúa con el actual seleccionador, cuya lista para la Euro roza el delirio.

El sinsentido empieza en la portería. Simón ha hecho una pésima temporada, de la que se recuerdan un sinfín de cantadas que le han costado muchos puntos a su equipo. Sobre De Gea parece hasta ridículo tener que decir ya nada. Un portero que tiembla de miedo cada vez que suena nuestro himno, objeto permanente de mofa popular que culminó con su papelón en la reciente final de la Europa League. De postre, convoca a un tal Sánchez, cuyo único mérito parece ser que nadie en España lo ha visto jugar. Fuera quedan Guaita, Pacheco, Herrera, Aitor, Asenjo y así una lista casi interminable de porteros que la mayoría de aficionados habría preferido a los tres finalmente seleccionados.

Pero si los gustos de Luis Enrique para la portería son cuestionables, lo de sus centrales es para ponerse a temblar. Ajeno a la excelente temporada de futbolistas contrastados como Nacho, Hermoso o Albiol, se ha echado en manos de dos suplentes del City -García, 3 titularidades en Premier, y Laporte, 14 titularidades en Premier-, un suplente del Leeds, nada menos, que cada vez que viste la Roja muestra sus muchas carencias -Llorente, 14 titularidades en Premier- y, para salvar la cara, Torres ¿Alguien puede estar tranquilo? ¿Dejas fuera a Ramos para llamar a García o Llorente?

Las macabras ocurrencias no acaban ahí. Pocos entienden por qué ha dejado fuera a Navas, Canales o Aspas, en favor de futbolistas tan discretos como Sarabia, chicos que acaban de empezar en esto como Pedri, o promesas fallidas como Morata, que cada día que pasa recuerda más a aquel Salinas con el que era imposible ganar nunca nada. El alumno superó al maestro. Clemente puede dormir tranquilo. Caprichos de niño consentido que, por desgracia, acabaremos pagando todos.