El Valencia de Lim se va al carajo… pero el nuestro, no

El Valencia de Peter Lim se va al carajo. Y lo hace con la inacción, al menos aparente, de Meriton, la empresa que gestiona el club desde 2014...

Toni Hernández

Toni Hernández

Toni Hernández

Toni Hernández

El Valencia de Peter Lim se va al carajo. Y lo hace con la inacción, al menos aparente, de Meriton, la empresa que gestiona el club desde 2014. Estamos a 7 de julio y no hay fichajes, no hay ventas, y tampoco hay nada positivo que decir sobre la prórroga de la ATE. En pocas semanas esto debe quedar claro, en un sentido o en otro, y aunque se tiende a tomar la parte por el todo, y a olvidar que el Valencia está por encima de Meriton y no son lo mismo en absoluto, algunos parecen disfrutar de una forma poco normal con este tipo de cuestiones.

Pero no me voy a desviar, porque esto empieza y termina en Peter Lim y en lo que quiere hacer con el club. Y sigue con lo que se puede hacer para evitarlo, que no es mucho más que lo conseguido por Libertad VCF, y que sigue adoleciendo de un comprador de su 85%, que sería lo más rápido y lo más efectivo.

Aquí andamos enredados dándonos estacazos unos a otros, primando el tener razón por encima del bien del club, aunque luego todos nos queremos poner esa bandera para tapar todo lo demás. Lim es el enemigo común, nadie lo defiende y todos tenemos claro que es el problema de la entidad.

Pero sólo se le echará si ha cometido delitos (nada hasta la fecha), si deja de cumplir con empleados y proveedores (con sus cosas, pero se está al día) o si alguien le compra. La cola para hacerlo, al contrario de lo que se ha dicho demasiadas veces, no da la vuelta a Mestalla, y esa es otra patata caliente, muy grave.

Mientras, seguimos diciendo lo burros que son, lo ineptos, lo malos gestores que han podido llegar a ser, lo que nos desprecian, lo que nos engañan, lo que nos faltan al respeto… todo ello, insisto, con la inacción del Valencia para cambiar nada, con el aumento de la tensión social (que cuando se vaya al campo saltará por los aires), pero sin media solución clara, real, de verdad, definitiva.

Lim nos conduce al abismo, repito, al menos es lo que parece, y no le tiene que importar demasiado. Nosotros, contra eso, protestamos y nos lamentamos, pero muy poco más. Aquí, con señalar a los que piensan diferente e insultarlos ya es suficiente, ya se ha cumplido. Pero el Valencia sigue en el mismo sitio, con la misma soga al cuello, y por más que se repitan los argumentos habituales contra Meriton, no se tiene más razón.

Los empresarios valencianos, de los que quiero hablar con calma, tienen la oportunidad del siglo para pasar a la historia como héroes, y mucho me temo que la van a dejar ir. También sería recomendable ser muy rigurosos con las cosas que se dicen respecto a las cosas que nos pasan. Llevarlo todo al extremo, sea más o menos cierto, hacer el mensaje alarmista aunque para ello haya que incluir ciertas dosis de exageración, primero que no ayuda.

Y segundo que no hace peor a Meriton, que ya se basta solo para hacer este tipo de cosas. Y aunque alguno no lo entienda, todo esto es compatible con querer ilusionarse con el equipo, que al final es la base de todo. Porque el Valencia de Lim se va al carajo, pero el nuestro, no.