Las herencias del pasado exigen más que nunca en Orriols

Manolo Salvador y David Navarro trabajan a contrarreloj en un mercado muy complicado y cerrado a las salidas

Juanma Romero

Juanma Romero

Juanma Romero

Juanma Romero

El 14 de agosto cada vez está más cerca. Sin ser todavía una situación que produzca asfixia, sí que es cierto que en el Levante UD comienzan a marcarse cruces en el calendario para reacondicionar una plantilla que necesita dar bajas para cumplir con las obligaciones financieras.

Aunque suene raro, la labor más sencilla de Manolo Salvador y David Navarro ha sido hasta el momento la de encontrar refuerzos que mejoren las prestaciones a disposición de Paco López con Soldado, Franquesa y Brugué. En un mercado secano de efectivo y con movimientos a cuentagotas, la puerta de salida sólo se ha abierto para jugadores como Doukouré o Rochina, que acababan contrato, además de Toño.

El gran reto del tándem de la dirección deportiva granota pasa por encontrar acomodo a unos futbolistas ya marcados en rojo pero por los que de momento no han llegado opciones tangibles y reales. La aproximación del Niza por De Frutos o el canto de sirenas continuo por Bardhi evidencian que el escaparate del Levante UD está iluminado para activos con pedigrí.

Seguro que tanto Salvador como Navarro sabían de antemano que por ejemplo la marcha de Vukcevic no iba a ser sencilla. Con el lastre de ser el fichaje más caro jamás firmado en el Ciutat, el montenegrino no ha despertado hasta el momento el interés de nadie, y las ofertas por él no han colmado ni de lejos unas expectativas que cada día que pasa han de ser a la fuerza más humildes. El legado del pasado está ahora cobrando su factura, y los tiempos de bonanza se convierten en un ancla a la hora de poder seguir dinamizando el proyecto. Prcic puede ser un espejo con sus diferentes condicionantes en una operación realizada en aquel momento sobre la bocina.

Con jugadores como Coke o Sergio León se dibuja un cuadro similar. El primero, deslumbró en su llegada y se apostó por él tras reclutarlo de la liga alemana. Su rendimiento ha ido poco a poco en línea descendente y aunque su compromiso está fuera de toda duda, su déficit de minutos no ha sido algo casual. Miramón, principalmente, y Son, le han ganado la partida. Aunque puede tener caché de Primera, la relación calidad-precio bloquea cualquier resquicio para su marcha. Sergio León tampoco ha encontrado nunca su sitio. Su fama, confirmada todo sea dicho, de goleador, jamás ha tenido traslación en Orriols. Es un caso que recuerda a delanteros anteriores como Nino o Ángel que siempre han estado en idilio con el gol, pero que tuvieron el divorcio como granotas. Aunque la Copa pareció reactivarlo y podía darle un empujón, su ficha y momento hacen que cualquiera que lo pueda querer se lo tenga que pensar, es entendible.

La buena pretemporada de Campaña es uno de los brotes verdes hasta el momento. El retorno del andaluz a los terrenos de juego ha devuelto aplomo y talento a la medular granota. Faltará por ver si esta continuidad supone que de nuevo gane músculo en el mercado o por el contrario mejore un centro del campo en el que siempre, pase lo que pase, tendrá sitio. Cualquier desenlace debe ser bueno.

Hernani, Koke Vegas y los canteranos deben ser a priori activos que dejarán el Ciutat y que se producirán con el paso de los días. El primero de ellos es otra de esas herencias de un futbolista vistoso pero que no ha encajado nunca. La apuesta por la gente de la casa quedará minimizada, pero son los efectos colaterales del actual escenario futbolístico.

Sin poder inscribir a jugadores como Morales, Cárdenas, Postigo o Miramón, al margen de los fichajes, es este verano 2021 uno de los más exigentes para Manolo y David, que sin perder el horizonte de las contrataciones, la auténtica salsa para los aficionados, deberán hacer los encajes pertinentes para llegar con lo necesario al duelo frente al Cádiz. Hoy, por cierto, primer Derbi ante el Valencia. Es pretemporada, es amistoso y no hay nada en juego, pero sí, siempre es un choque especial. Mostrar colmillo ante el vecino es innegociable.