A Wass no le ha quedado otro remedio y desde ayer por la tarde está a las órdenes de Bordalás, algo que ha tratado de evitar hasta el último segundo después de un verano jugando con el Valencia. A pesar de la cobertura que le ha hecho con la coartada de la vacuna, al club había que exigirle la postura de fuerza que ha adoptado al rechazar una oferta fuera del mercado por un jugador al que no está para malvender. Sin embargo, a partir de ahí, veremos.

Se supone que el Olympique de Marsella habrá puesto en la ficha del danés los euros que le faltan a a la propuesta de traspaso, inferior al millón y en las antípodas de lo que se consideraría como razonable. Aunque salta a la vista la paradoja de que su estrategia también pase por ofertas de mercado a la baja, de paso el Valencia envía el mensaje de que no se encuentra en liquidación. Pobre consuelo a la espera de fichajes, pero es un punto de inflexión respecto a la pasada temporada. De todos modos, de lo que se trata ahora es de comprobar el recorrido del caso Wass en las próximas semanas. El club de Mestalla vuelve a ser el que menos ficha de Primera y todo está parado y pendiente de que las ofertas que lleguen no sean al estilo de esta última.

Enfados

Más alla del llamativo permiso que el Levante le ha dado a Hernani, al que se espera este martes de vuelta en Buñol, el interés en clave granota está en la lista de los que viajarán a Inglaterra. El portugués, un destacado en la lista de fichajes fallidos, es un caso peculiar con el que el técnico no se ha andado con remilgos a la hora de que no juegue ni amistosos. Acabará saliendo, pero la cuestión es que al club le cueste lo menos posible. Es el sino de este extraño mercado en el que nadie se mueve a la espera de que LaLiga abra la mano. Hay que apostar a que sí, aunque la duda está en saber cuánto.