Sin la verdad de Lim

Laporta ha cambiado el paso de LaLiga al admitir que Messi no se puede quedar porque el club está cerca de la quiebra. ¿Cuándo se dignará el propietario del Valencia a hablar de sus planes?

Peter Lim junto con Anil Murthy

Peter Lim junto con Anil Murthy / F. CALABUIG

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

El sueño se convirtió en pesadilla. El verano es el mejor tiempo para ilusionarse con tu equipo hasta que te despiertas sudado tras una noche tropical. Por si quedaban dudas de la fuerza del fútbol, en plena recta final de los Juegos Olímpicos y con la quinta ola de la pandemia desatada, estalla la bomba Messi y se para el mundo. Tengo la misma opinión de Laporta que de Lim, todavía recuerdo que el presidente culé fue uno de los embajadores del singapurense en Europa, pero ayer hizo algo inusual, decir la verdad, que el Barça está muy cerca de la bancarrota, como la mayoría de equipos de LaLiga. Unas inversiones desmedidas de gestores manirrotos han provocado una deuda insostenible que junto a la actual crisis económica y sanitaria han reventado la burbuja balompédica. Cuando se gasta más que se ingresa pasa eso, igual en la economía doméstica como en la empresa, y por mucho que el fútbol tenga un buen pasar cuando nos llegan momentos duros, las normas están para cumplirlas sin crear falsas esperanzas. ¡Bienvenidos a la realidad!

En Mestalla sabemos hace tiempo que atar perros con longanizas supone una fanfarronería fugaz, porque los clubes serios practican más la carrera de fondo que la de velocidad. Nunca he entendido por qué los presidentes del Valencia regateaban la verdad sobre la delicada situación financiera de la entidad. Quizás tenían presente la que le armaron a Arturo Tuzón cuando intentó poner orden en las cuentas blanquinegras. Como pasamos de criticar a los que intentaron reflotar el club con seriedad a aplaudir a los vendedores de humo asiático, mantenemos un silencio prudente y nos alegran los problemas ajenos. Mal consuelo.

Desconfío de una solución que ponga fin a una competición adulterada donde siempre ganan los que más trampas saben. La única vía posible es adaptar la mayoría de requisitos que hay en la Premier, donde hace lustros que han demostrado que puede ser compatible una liga abierta cuando el dinero de los derechos televisivos se reparte de una manera equitativa. Tebas y su ‘Fair Play’ todavía están muy lejos de eso.

Se nota que Mateu Alemany está cerca de Laporta. Lim lo dejó escapar cuando demostró que era uno de los mejores ejecutivos del fútbol europeo. Pero el Valencia, como cualquier club que se precie, está por encima de personalismos. Nada sabe la pelota que empieza a rodar de aquí unos días del pasado. Ese patrimonio lo gestiona cada uno como puede y una entidad con personalidad debe sacarle el máximo provecho. El mandatario de Mestalla que mire más por su pueblo que por el interés propio tendrá mi reconocimiento, y Lim no es el caso porque todavía seguimos sin conocer ni el tono de su voz.