Yo no quería el fichaje de Bordalás como entrenador del Valencia. A una persona muy cercana al técnico alicantino le dije el sábado por la noche que así iba a titular mi contra de SUPER el miércoles. Su respuesta fue, “eres valiente Toni”. No sé si lo soy o no, pero sí tengo claro que las posturas y las opiniones se dan en los contextos, tienen sus razones, y desde luego, su evolución. Y también su explicación. Supongo que con Jose, como lo llama su círculo íntimo (Pepe es el mundo del fútbol), me pasaba como con muchos rivales del Valencia a lo largo del tiempo. Se ha sufrido tanto contra ellos que al final les coges una manía que supera el tema deportivo y puede llegar casi al personal.

Ese Getafe de apretar, intenso, de ir al límite con las ideas claras, de darnos para el pelo muchas veces (aunque los cuartos de final de Copa de 2019 ya quedan para la historia), esos partidos que se hacían eternos e incómodos… como rival no me gustaba. Me producía rechazo, porque no se le podía ganar, costaba un mundo hacerlo. Ahora, cuando veo a los míos tener ese perfil (y que nadie vea una banda de tipos agresivos, que eso no existe), me gusta, vaya si me gusta. Me emociona, me transporta a un pasado glorioso, me siento identificado, me parece mentira que hubiéramos tenido abandonado ese estilo durante tanto tiempo. Y digo más, al menos en los 3 partidos de Liga que llevamos, que son lo que son: hacia delante somos el mejor Valencia desde que Quique Sánchez Flores era el entrenador.

No, no quería a Bordalás de entrenador, y ahora tengo la sensación de que hemos perdido algunos años sin él. Porque ha entendido dónde está, qué queremos, qué nos gusta y qué buscamos en nuestro equipo. Y como me dijo esa persona tan cercana a él antes de firmar, “tiene hambre, tiene carisma, tiene personalidad, y en todas partes donde ha estado siempre ha dejado una huella imborrable. A cada estadio que regresa, la gente corea su nombre”.

Estaré encantado de que pase a la historia de los grandes entrenadores de este club. Él y cualquiera que se siente en el banquillo de Mestalla, pero ahora tenemos a Bordalás, y es en él en quien debemos creer. Porque él nos está dando motivos para hacerlo. Llegarán momentos malos, perderemos partidos (esto es algo casi seguro), y ahí tendremos que ser aún más del mister. Y cuando los que no lo queríamos antes de venir, más fuerza haremos para que su figura y su trabajo se ponga en valor.

Dos cosas antes de terminar. La semana que viene hablaremos del trabajo de Corona, un tipo denostado por una parte del entorno que lo ha machacado por cuestiones del pasado, y que no ha analizado su trabajo, porque tampoco lo conoce. Y en cuanto a Kang In, una reflexión: el club, desde 2019, y el entorno del jugador, lo han hecho muy mal. Y la conclusión es que algo que se hace tan mal, sólo puede acabar mal. Nadie se salva de esta metedura de pata histórica