El carácter se tiene o no se tiene

En Paterna el parón de selecciones no ha desviado el foco: ganar en Pamplona

Bordalás, aplaudiendo desde la banda

Bordalás, aplaudiendo desde la banda

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Los gritos de Bordalás no son gritos de cara a la galería. No son para convencer a la gente de que en el Valencia este año se trabaja y se corre. Tampoco son la evidencia de que las cosas irán bien. Ni tampoco lo contrario. Pero la realidad es que en Paterna se percibe hambre. Su intensidad no son broncas al futbolista. Son gritos que señalan un camino. La apuesta está clara y aunque el parón sirve de poco o de nada, al menos ha recordado que aquí puede estar Alderete en Paraguay, Gayà y Soler con la Roja, Cheryshev con Rusia o Maxi con Uruguay que da igual. Aquí no se pierde ni un solo día. Pamplona está entre ceja y ceja y los tres puntos serían una muestra de que algo ha cambiado. Ganar fuera de casa marcará la diferencia entre hacer bueno lo que se haga en Mestalla. Solo así se llegará a Europa. 

La posición de Soler

El arranque de temporada del ‘10’ hace justicia con su profesionalidad. El año pasado fue víctima de un ambiente triste y en el que nada se daba. Gracia no supo sacar su mejor versión, en el doble pivote -al menos con ese modelo de juego- estaba encorsetado y ahora, con libertad, no se le atisba ningún techo.