Los pies en el suelo y la cabeza alta

José Bordalás

José Bordalás

Pablo Leiva

Pablo Leiva

 A veces me empeño en pedir calma y otras asumo que es natural venirse arriba. Es completamente normal volver a pensar en grande después de dos años en los que prácticamente había un drama por semana. Y ahí está el dilema. Por un lado veo necesario mantener los pies en el suelo y por otro asumo que es incontrolable esa sensación de creer que este año se recuperará algo del estatus perdido en las últimas dos temporadas. Me vengo arriba pensando incluso en que más allá de entrar en Europa, la Champions se antoja lejana en estos momentos pero no es un 'imposible'. El paso a paso es fundamental.

Es mejor incluso un discurso victimista al más puro estilo Atlético -ese relato de no pelear LaLiga hasta que no se consigue- que uno en el que el entorno y el propio vestuario piense que va a ser un año sencillo por cuatro jornadas. En definitiva, la mirada en el Madrid, en esos tres puntos y ni tan siquiera de reojo mirar hacia Sevilla. El partido a partido debe ser el discurso. Y qué mejor manera de llevarlo a la práctica que con casi 30.000 aficionados en Mestalla recuperado la ‘casi normalidad’. Sin el lleno, pero con la sensación de que el ‘final’ está más cerca.