Lo que Mamardashvili debe aprender de Cillessen

El cuento de hadas del georgiano no poco tiene que ver con la posición más cruel del fútbol

Jasper Cillessen

Jasper Cillessen

Nahuel Miranda

Nahuel Miranda

La historia del fútbol está repleta de porteros desterrados. En ninguna otra posición es tan fácil pasar de ángel salvador a demonio. Y en ninguna es tan difícil recuperar siquiera la oportunidad de brillar ante el gran público. ¿Injusto? Bueno, solo juega uno, ya saben. Y en la primera plantilla de éste Valencia hay otros tres colegas pidiendo paso.

El partido de Giorgi Mamardashvili en Sevilla fue de los que pueden truncar una carrera. A Moacir Barbosa, por mucho menos, le dejaron sin derecho a jubilación. ¿Qué hizo Barbosa? Ser el portero de la Brasil de 1950, la que sufrió el Maracanazo ante Uruguay. Aquellos dos goles encajados, sin grandes cantadas de por medio, le convirtieron en el primer portero apestado de la historia.

Lo de Barbosa -o lo que hicieron de él- fue pionero, pero no hace falta irse tan lejos. Todos tenemos presente a Loris Karius, el portero del Liverpool que regaló dos goles al Madrid en toda una final de la Champions. De ser el portero alemán más prometedor a ser descartado por Besiktas y Unión Berlín y quedarse marginado en el Liverpool. Retirado a los 28 años, traumado tras convertirse en meme para siempre. Una mala noche en el escenario menos indicado y estás fuera, tal vez para siempre: así de triste, así de cierto.

La suerte de Mamardashvili, como le gusta decir a Enrique Ballester, es que nadie esperaba mucho de él. Llegó como una ganga veinteañera para el Mestalla y se ha tirado seis jornadas como titular en el primer equipo, lo que todos pedimos para poder valorar a cualquier chaval que asoma en Primera. Ha convencido tanto como para que el club acelere los trámites para solucionar su futuro. Pero fue precisamente cuando las expectativas se empezaron a elevar cuando el cuento de hadas se ha torcido. Con Cillessen ya recuperado y esperando el turno en el banquillo, bajo la lupa mediática de jugar ante Real Madrid y Sevilla. Lo que una tormenta perfecta de lesiones y cambios propició se fue por la borda en 20 minutos de desconexión. ¿Volverá a tener otros cinco partidos para seguir demostrando en Primera? Si no los tuvo gente del renombre de Ryan en su día, difícil augurar lo contrario para el chico. Al igual que al australiano, el mal timing se ha cargado a más de un buen portero de los que han pasado por Mestalla.

Y si hay alguien que sabe lidiar con todos esos baches es el propio Cillessen. A los ojos del mundo pasó a la historia como el portero que no podía jugar tandas de penaltis, sustituido por Van Gaal en el descuento de la prórroga en unos cuartos de Mundial. En el Barça fue la sombra de ter Stegen, en el Valencia siempre le ha pesado ser menos que el hombre al que vino a sustituir, probablemente el mejor meta ché de la década. Las expectativas, el alto coste de plantilla y las lesiones le han pesado para no tener una estancia idílica. Pero ahí está de nuevo, salvando un puntazo de oro en el descuento. No, el camino normal no es llegar a la élite y besar el santo. Y ese debe ser el consuelo de Mamardashvili.