Uno de los puntos fuertes de este Valencia es que no se rompe. Solo tiene como única excepción esos 20 minutos iniciales ante el Sevilla en el que todo explotó y el equipo recordó al de otras temporadas. Pero eso es una anécdota y estoy seguro de que hoy en Cádiz el equipo responderá. Ni antes de enfrentarse al Madrid el equipo iba a pelear LaLiga ni ahora hay motivo para el desánimo después de solo un punto de nueve posibles. La realidad de hecho obliga a trabajar para estar cerca y es que el Carranza (ahora Nuevo Mirandilla) debe servir para medir el pulso del equipo. Si las últimas temporadas el Valencia CF había sido un ‘amigo’ lejos de Mestalla, esta plantilla se ha ganado el crédito a confiar.

Con tres puntos en el bolsillo, el parón llegará con el cuadro de Bordalás metido en la pelea por Europa, sin fallar en los duelos ‘clave’ y con la sensación de que lo extradeportivo no afecta al césped. Y eso es una buena noticia. Porque en una semana en la que se habló de todo menos de fútbol, el balón vuelve a rodar y el Valencia... ¿a ganar?