La afición se marchó de Mestalla triste y decepcionada viendo cómo su Valencia se hacía pequeño en el campo. No le quedaron fuerzas ni ganas para protestar al final del partido. El empate supo a derrota, pero lo que se vivió en el minuto 19 fue una victoria. La más grande desde que el valencianismo se manifestó aquel 8 de mayo por las calles de la ciudad. Lo de este sábado fue la antesala del 11-D. El primer aviso serio de lo que está por llegar.

Los carteles amarillos de ‘Lim go home’ se multiplican. Cada vez más gente los busca en la Avenida de Suecia. Cada vez más gente entra al estadio con ellos. La protesta ya no tiene marcha atrás. Lo saben hasta los aficionados del Rayo que se sumaron a la causa a grito de «Peter, vete ya» y «Anil, canalla, fuera de Mestalla». Dice José Bordalás que su equipo no dio un «paso atrás». Es discutible. Lo que sí quedó muy clarito ayer es que el valencianismo ya no va a dar ni un paso atrás en su lucha contra Meriton. El Rayo se fue. Los truenos seguirán.