Opinión

¿Hay o no partido?

Bordalás dejó claro este jueves que pase lo que pase con las entradas, él va haciendo camino con las salidas

José Bordalás, en el banquillo

José Bordalás, en el banquillo / Francisco Calabuig

Hay un choque frontal entre las necesidades y las expectativas de cara al mercado de fichajes de enero. Sin embargo, Bordalás aseguró el miércoles que el club ya trabaja en posibles refuerzos. Y ayer demostró que, pase lo que pase con las entradas, él va preparando el terreno con las salidas. Ni contra el Utrillas tuvo misericordia de los que menos juegan. Con la atención puesta en la pedrea de Ferran y a la espera de las noticias con las que Anil vuelva de Singapur, al entrenador le espera un partido complicado fuera del campo si es que Lim acepta disputarlo. Tres meses después del cierre en falso del plazo, no sólo es que las ganas del mediocentro y el central las siga teniendo. Es que el tiempo y los resultados han demostrado que son las dos posiciones en las que más coja está una plantilla en la que, guste más o menos, Bordalás demuestra a las bravas que manda. No hay distinciones y sí mensajes de entrenador, ya sea en la Copa o en LaLiga. Que se lo digan a Guedes, al que volvió a cambiar sin temblarle el pulso cuando vio que se desconectaba de defender.

¿Y Quico?

Con todos los respeto para el Levante Futsal, era en Melilla y no en Lisboa donde más necesaria se hacía la asistencia del presidente. En medio de una crisis sin parangón, Alessio por fortuna contó en su debut como interino (de momento) con el aliento del equipo. Los jugadores se lo tomaron en serio y golearon al Huracán Melilla. Pero la prueba de fuego es el domingo contra Osasuna. Una victoria dispararía la euforia a favor de que sea el técnico del filial quien se quede en el banquillo, lo mejor si el pensamiento es dejarlo o no hay recambio claro a estas alturas. Con la dirección deportiva en la calle (versión oficial) por arriesgar demasiado, entre experimentar con alguien de la casa o de fuera no hay color. Menos aún si los resultados acompañan y cuando se sabe que en el mercado las opciones de seguridad escasean. Otra cosa, como cuando Pereira no podía salir de China, es la improvisación. Al haberse quedado sin escudo, es difícil creer que no se haya movido ficha este tiempo. Aunque en Orriols ahora mismo todo parece ser posible.