Tertulias

A estas alturas del partido creo que he aprendido más de fútbol en las sobremesas que en el campo. Hay una tradición muy nuestra que se está perdiendo a la carrera por cuestiones obvias. Son esas comidas donde se sientan directivos, jugadores y entrenadores. Antes eran frecuentes incluso con gente en activo, doy fe. Ahora todavía quedan algunas. La de los viernes en Torrent es la más duradera. Ahí se habla sin ataduras y algunas veces se recrean viejas rencillas, pero ahí andan manteniendo cada uno su versión como si fuera una fiesta de guardar. La condición para asistir de vez en cuando pasa por oír, ver y callar. En cualquier caso, tengo archivadas en la memoria, y en la pantalla, muchas de aquellas historias por si acaso.

En el segundo ‘minuto 19’ del pueblo de Mestalla observé como uno de los más activos defensores de la venta a Lim agachaba la cabeza avergonzado en señal de derrota al haberse quedado en la más absoluta minoría y, por tanto, ya es consciente que es uno más de los engañados. Tiene una parte mínima y proporcional a aquellos que alentaron la llegada de Meriton. Incluso uno de aquellos voceros pasea su tristeza porque ni siquiera le han contestado el reclamo para que su hijo siga jugando al fútbol. En el pecado lleva la penitencia.

Aunque lo mejor de la semana ha sido conocer la respuesta de Aurelio Martínez señalando en el juzgado a los miembros de la Fundación que votaron la venta al emprendedor singapurense. Hay que tener el atrevimiento del superviviente para poner blanco sobre negro tal declaración testimonial, pero veo que la valentía sigue en el debe de aquellos que aceptaron, algunos por pasiva y otros por activa, tamaña coacción y tragaderas.

Ahora falta lo que diga Amadeo Salvo, cuando el juzgado encuentre donde darle la citación. Aunque todo indica que el argumento será similar -¿compartirán letrado?-, así que mira por dónde el silencio de aquellos que supieron en todo momento de la farsa de aquella operación parece que se romperá en sede judicial.

Del partido en Vigo hay que esperar que Bordalás haya entrado en razón y no vuelva a alinear a Guedes como delantero centro. El portugués es el único jugador capaz de asociarse con los pivotes, así que si está solo en el área el agujero entre líneas es tan enorme que cualquier equipo te hace un roto.

Sigo sin entender como fue el propio técnico el que se empeñó en traer a Marcos André y sigue sin darle bola al brasileño.