José Luis Gayà renovará su contrato por el Valencia, o no lo hará, eso es algo que ahora mismo nadie puede saber porque depende de muchos factores que hay alrededor. El jugador quiere seguir, es su única y máxima prioridad, pero como ha quedado muy claro, esto no va de dinero (fuera le van a pagar mucho más al menos en media docena de equipos), sino de lo que el club tenga marcado como proyecto en el corto y medio plazo (que es lo que marca el largo, no nos engañemos con esto). Sus agentes, los hermanos Toldrá, más allá de lo que pueda pensar nadie, son gente sensata y honesta (ni les den ni me deben, y las he tenido con ellos de todos los colores, buenas y malas), y harán lo que deban, que para eso trabajan para Gayà y no para el Valencia. Y la clave sigue siendo precisamente eso, lo que haga el club, que es quien debe mover ficha de verdad.

Hablo del lateral de Pedreguer y no de Soler, que podría ser una situación calcada, porque su nombre empieza a ser utilizado por la prensa de Barcelona de un modo torticero. Allí, como aquí, viven de las filtraciones que les genera el club, y si la idea que se tiene desde el Nou Camp es vender que Mateu Alemany y el futbolista tienen un acuerdo para este verano porque no va a renovar, al menos habría que apuntar algunos matices, fruto de la absoluta ignorancia de algunos que se dejan manipular de una manera vergonzosa. Y es que Gayà no termina contrato en 2022, sino en 2023, y podría darse el caso, poco probable pero posible, que empezara el curso que viene sin haber prorrogado su vinculación con el club de Mestalla. Y NO se podría ir gratis a ninguna parte. Dejar claro esto me parece lamentable, pero me temo que alguno necesita nociones básicas de este tipo de cosas.

Y luego está la persona, José, un chaval de 26 años que ha cumplido el sueño de su infancia jugando en el equipo de su tierra, siendo su capitán y convirtiéndose en un referente dentro y fuera del campo. ¿Eso cuánto vale? ¿Cuánto dinero hay que poner para renunciar a ese estatus cuando además de ganar dinero eres feliz? Jugar con la figura de Gayà, haciéndolo pasar por una especie de traidor, eso no lo podemos consentir. Ni el Valencia ni los medios ni el entorno. Porque debemos cuidar lo que es nuestro, lo que hemos criado nosotros, y más cuando esa gente ha demostrado unos valores personales con los que muchos nos sentimos identificados. Especialmente los niños, que son el futuro del Valencia, que tienen a uno de los mejores laterales izquierdos del mundo como un espejo donde mirarse cada día.

Meriton y su política absurda nos ha dejado en una posición débil respecto al entorno. Pero si piensan que eso va con todos los demás, es que están equivocados. Y si no lo están, sino nos tienen a todos enfrente para parar esto, es que quizá merezcamos muchas de las cosas que nos han pasado y que nos pueden pasar. Esto no va de Peter Lim ni de la madre que parió al cordero, esto va de nosotros, de todos los que amamos al Valencia, y eso va por los medios y por los aficionados. Gayà y nuestro club son intocables, y los referentes, que lo son porque se lo ganan dentro y fuera, se merecen el derecho a ser respetados, sea cual sea la decisión final que tomen. Creo que esto sólo acaba de empezar, que quedan muchos meses de mucha tensión, y si no estamos unidos (qué bonita utopía por más que me digan), lo pasaremos mal, muy mal. Y será por culpa nuestra.