Quien calla, otorga

Seguro que a Bordalás, que para eso venía avisando, le habría gustado contar ya hoy con más armas

Bordalás, con mascarilla

Bordalás, con mascarilla / JM Lopez

Rafa Marín

Rafa Marín

El peor rato del Valencia de Bordalás fue ante el Sevilla, así que es del todo seguro que al entrenador le habría encantado tener hoy mejores armas, sobre todo teniendo en cuenta que en tres días le toca el Atlético y que no es ningún secreto en qué situaciones y ante qué rivales es cuando más cojea.

Como quien calla, otorga, es por ahí por donde hay que interpretar el silencio de ayer sobre los fichajes. Y es que con esa postura el técnico rebaja la crispación al mismo tiempo que se guarda un as bajo la manga. Ponerse un punto en la boca, sin embargo, no disimula la realidad de que el consenso ha saltado por los aires.

Hecho el movimiento de descarga con la denuncia, la presión es para la propiedad, responsable de haber pasado de una situación en la que a Bordalás se le hacía caso en todo a otra en la que no se le ha tenido en cuenta nada. Meriton, siempre en combustión, vuelve a purgar la ausencia de una estructura deportiva definida y fuerte. Y se equivoca en bajar a toda prisa a quien había subido previamente a los altares. Craso error, una vez más, porque es absurdo reducirlo todo a una disparidad de criterios. Ese no es el problema ni realmente lo ha sido nunca.

Suma y sigue

La primera ronda de contactos con las instituciones ha acabado con buenos gestos y palabras pero sin hechos. También con un recado de Anil, al que razón no le falta al considerar que de quien cuelga el marrón en última instancia es del Ayuntamiento. Por mucho tiempo que quede, que la verdad es que queda, aún no hay documentación en el registro de entrada.

Pero hasta que la haya, las palabras del alcalde no son más que una opinión cuando lo que importa es lo que digan los técnicos. A partir de ahí, una cosa es que Meriton lo tenga todo de cara gracias al dinero de CVC y otra las dudas de todo tipo que siguen surgiendo, incluidas las que plantea Zorío sobre la caducidad o no de la licencia de obras. Habrá estadio, pero de lo que se trata ahora es de saber cuándo y sobre todo cómo. En este momento lo que tiene que quedar también claro es que el Valencia necesita que sea mejor, no necesariamente más grande ni ninguna chapuza low cost.