Opinión

No da para tanto

El Valencia desperdició una gran ocasión porque no le da para más. Y el Levante porque no hay manera

Bordalás, en la banda del Wanda

Bordalás, en la banda del Wanda / Mariscal

Pese a estar cogido con pinzas, el Valencia CF perdió en el descuento, víctima otra vez tanto de su falta de oficio como de su ridícula profundidad de banquillo, impropia desde luego de un club de su nivel.

Bordalás, que volvió a hablar sobre el mercado tras el silencio al que se obligó por los tres partidos en seis días, no se achicó al dejar claro que sin fichajes «se va a pasar mal» y que de Europa ni hablamos. Sin embargo, aun escuchándolo de su boca, bastó con ver lo que estaba ocurriendo para darse cuenta. Con la plantilla que hay no da para más. No al menos, y sin excusar las cosas que también son responsabilidad del técnico, para mantener el 0-2 con el que se llegó al descanso.

A falta de ocho días para el final del mercado no ha llegado nadie. Y, lo más preocupante, para nada se sabe si el consenso está a tiempo de restablecerse o no una vez que la propiedad ha frenado operaciones que carecían del visto bueno del entrenador. Continúa quedando tiempo tanto para arreglar las cosas como para acabar de estropearlas del todo.

La estocada

El Consejo de administración del Levante UD, con Quico a la cabeza, destituyó abruptamente el 30 de noviembre a Pereira en busca de un cambio de rumbo. Lo mismo hizo de golpe con la dirección deportiva por haberse arriesgado con un entrenador sin experiencia en Primera. Sin embargo, camino de dos meses después, resulta que en el banquillo hay alguien con menos bagaje todavía. Para más inri, en el club están al tanto de que el vestuario sigue a la deriva y que un amplio núcleo desconfía desde el primer día. Se quema Alessio, al que no lo salvan ni sus buenos prescriptores. Y son conscientes todos ahí dentro.

También el presidente, al que hay que desearle que se mejore, aunque no será el Covid lo que más le duela, sino el suspenso que se le viene. A pesar de Álvaro, el central elegido, es evidente que las gestiones de mercado se iban dilatando a la espera del Cádiz y que la situación no apunta ya a entradas sino a las salidas en las que Quico trabajaba por teléfono y desde Madrid antes de confinarse. Este es un momento de pensar en el futuro más que en el presente.